En los últimos años, la homologación de títulos de odontólogos en España se ha convertido en un proceso tortuoso y prolongado para muchos profesionales extranjeros. Así lo reconoce en declaraciones a Dentalia, Richard Goncalves, fundador y vicepresidente de la Asociación de Odontólogos Venezolanos de España (ASODONVES), quien ha explicado las dificultades que enfrentan los odontólogos formados en el extranjero al intentar ejercer su profesión en territorio español.
“El proceso es horrible, frustrante y xenófobo”, asevera Goncalves. Recuerda que en el año 2010, las homologaciones eran más sencillas y rápidas: “En aquella época las puertas estaban abiertas para recibir a los odontólogos venezolanos. Los tiempos de espera para la homologación era de apenas uno o dos meses”, tras los cuales señala, ya podían colegiarse e iniciar la búsqueda activa de empleo.
Pero esta situación cambió drásticamente a partir de 2014. Goncalves apunta tanto al aumento de la demanda de homologaciones de ciudadanos chilenos, peruanos, cubanos, bolivianos; como a la presión de las facultades de odontología y colegios profesionales como causas de la ralentización del proceso llevada a cabo introduciendo evaluaciones y requisitos más exigentes que los solicitados hasta la fecha.
“Ni siquiera profesores de postgrado que dan clases en España pudieron resolver el último examen de ortodoncia del proceso de homologación”
La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) empezó a exigir requisitos adicionales a los odontólogos extranjeros, quienes debían cumplir con formaciones complementarias antes de poder homologar su título. “Comenzaron a evaluar nuestros títulos y se empezaron a ver homologaciones condicionadas a la superación de requisitos formativos”, explica Goncalves. “Según esta agencia nacional de calidad teníamos carencias para ejercer nuestra profesión en España”, lo que empezó a generar un clima de rechazo. “Pero los requisitos se cumplían, ya que el odontólogo obtenía las guías de estudio, realizaba un examen coherente y aprobaba las materias”, añade.
El número de solicitudes de homologación de extranjeros se fue incrementando con el paso de los años. “España es el país de la Unión Europea que más odontólogos egresa cada año”, recuerda Goncalves, y “si los sumas a todos los profesionales que ya están en proceso de homologación” produce la plétora profesional denunciada por los Colegios de Dentistas, provocada por la concurrencia de numerosos factores. “Pero nosotros no somos el problema”, defiende el portavoz de ASODONVES.
“Un actor clave en esta problemática es el CRADO, la Conferencia de los Decanos de las Facultades de Odontología”, apunta Goncalves a quien señala como el principal responsable de las trabas en las homologaciones. “Son los que no nos quieren homologar”, y para ello denuncia los nuevos modelos de examen en los que no se facilitaba ni temario, ni bibliografía, con “preguntas que no tienen nada que ver con lo que se da en el grado de odontología, incluso sacadas de libros de podología”, lo que demuestra Goncalves la mala intención de las evaluaciones. “Ni siquiera profesores de postgrado que dan clases en España pudieron resolver el último examen de ortodoncia”, denuncia.
“Mientras los médicos venezolanos logran homologar en unos pocos meses, los odontólogos pueden esperar hasta ocho años”
“Durante tres años consecutivos ninguna persona ha aprobado el examen de la materia de ortodoncia”, indica Goncalves, materia que es el “filtro” por ser la que más odontólogos extranjeros tienen que superar. Pero este exigente proceso de homologación no es igual para todos los profesionales sanitarios: “Mientras los médicos venezolanos logran homologar en unos pocos meses, los odontólogos pueden esperar hasta ocho años”.
Pero este proceso no solo es largo y complicado, sino también costoso, lo que genera una situación de profunda desigualdad, ya que no todos los profesionales pueden permitirse tales sumas. Durante este proceso, Goncalves señala que se ven obligados a trabajar en clínicas dentales como recepcionistas y auxiliares, incluso en otros sectores como el inmobiliario o la hostelería.
A pesar de los numerosos obstáculos, Goncalves y su asociación siguen luchando por la equidad en el proceso de homologación, presentando denuncias en ANECA documentando las irregularidades del sistema. “Durante nuestra formación en Venezuela trabajamos más horas con los pacientes antes de graduarnos que los odontólogos de España”, afirma Goncalves, defendiendo la calidad de la formación odontológica en países como Venezuela.