Cada 31 de mayo se celebra un Día Mundial Sin Tabaco, una jornada en la que los dentistas recuerdan que fumar es uno de los mayores enemigos de la salud bucodental. La enfermedad más grave relacionada con el consumo de tabaco es el cáncer oral, pues en el 90% de los casos el paciente es o ha sido fumador. Las clínicas dentales son un punto importante para promover la cesación tabáquica y para ello la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) crearon un protocolo para guiar de manera efectiva, sencilla y práctica a los integrantes del equipo de salud bucodental en la intervención para la reducción del consumo de tabaco de los pacientes.
En declaraciones a Dentalia, Regina Izquierdo Fort, Periodoncista y Coordinadora del grupo de trabajo SEPA-CNPT para la Cesación tabáquica afirma que “el efecto del tabaco en boca además de ser muy visible, empeora de manera significativa no sólo la salud bucodental sino también la respuesta a muchos de nuestros tratamientos por lo que de manera habitual se pregunta al paciente acerca del consumo de tabaco en cada visita”. Apunta que además de hablar de riesgos, los odontólogos informan a los pacientes de los enormes beneficios que tiene abandonar el tabaco que menciona son: “Más salud, ahorro de tiempo y de dinero, mejor aspecto así como proteger el medio ambiente y a nuestro entorno familiar o laboral”.
“Los resultados de muchos de los tratamientos odontológicos son menos predecibles e incluso pueden llegar a estar contraindicados en pacientes fumadores”
La afección más frecuente en fumadores es la periodontitis que puede llevar a la pérdida de los dientes y la consecuente merma en la calidad de vida de las personas. Su consumo también puede aumentar la sequedad bucal, el riesgo de caries, provocar mal aliento o sufrir otras infecciones como candidiasis. Pero la Dra. Izquierdo destaca que “el tabaco también se relaciona con un empeoramiento en el aspecto estético pues aparecen más tinciones en dientes y en restauraciones así como más arrugas alrededor de los labios y un peor aspecto de la piel de la cara”.
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es que “en el fumadorlos resultados de muchos de nuestros tratamientos (sobre todo aquellos que tienen que ver con la cirugía para la regeneración de tejidos o los implantes dentales) son menos predecibles e incluso pueden llegar a estar contraindicados, con lo que la evolución es peor y acaban perdiendo más dientes e implantes a pesar de tener unos buenos cuidados”, añade.
“Además del tratamiento del tabaquismo, debemos poner el foco en la prevención para evitar que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco o el uso de otros dispositivos de liberación de nicotina como son vapeadores o cigarrillos electrónicos. La falsa sensación de seguridad y la idea del riesgo reducido hacen que su consumo esté disparado”, apunta la doctora. “No sólo no sirven para dejar de fumar si no que son la puerta de entrada para el consumo del tabaco convencional”, advierte.
“Hace falta más implicación de los dentistas y vamos a publicar nuevas recomendaciones más sencillas y fáciles para evitar que el consumo entre jóvenes siga aumentando de manera alarmante”
La Sociedad Española de Periodoncia e Implantes Dentales lleva muchos años implicada en la prevención y la promoción de la salud oral y sistémica así como en la mejora de la calidad de vida de la población, gracias a múltiples proyectos como Alianza por la salud, Diabet Risk, Promosalud entre otros. Desde hace años también ofrecen un protocolo para la cesación tabáquica en la consulta dental que está disponible para todos los dentistas e higienistas de España. “Pero hace falta más implicación por lo que en breve se publicarán unas nuevas recomendaciones más sencillas y fáciles de implementar en las que se incluirá también las nuevas formas de fumar que son en este momento una de las mayores amenazas para la salud de los más jóvenes pues su consumo está aumentando de manera alarmante”, destaca la Dra. Izquierdo.
Aunque hay siempre que individualizar cada caso de tratamiento del tabaquismo, la experta apunta que los tres pasos fundamentales en este proceso de cesación desde la consulta dental son:
- Averiguar si el paciente fuma, si quiere dejarlo, si ha tenido intentos previos, cómo es su conducta de consumo y su nivel de dependencia física a la nicotina. Esta información es fundamental para el siguiente paso.
- Aconsejar cómo hacerlo. En caso de recaídas previas aprender de la experiencia y empezar fijando el compromiso al marcar una fecha para dejarlo, comunicándolo a las personas más cercanas. Hay que aconsejarle sobre los desafíos que van a surgir (principalmente, síndrome de abstinencia) y en caso de alta dependencia, junto a la ayuda psicológica en algunas ocasiones se hace imprescindible el apoyo farmacológico.
- Acompañar en el proceso de abandono, es el último paso, felicitándole por sus logros, reforzando la conducta de cese y animándole a un nuevo intento en caso de recaída. En caso de apoyo farmacológico hay que monitorizar el cumplimiento y la posible aparición de efectos adversos.
La experta puntualiza que “el seguimiento es fundamental en todos los casos, no sólo en los que se hayan prescrito fármacos. En este aspecto, la consulta dental tiene una gran ventaja y es que la mayoría de los tratamientos necesitan de varias sesiones consecutivas en el tiempo para completarse y de un seguimiento periódico, por lo que disponemos de múltiples oportunidades para incidir en el cambio de conducta en cada una de las visitas”. Explica que el riesgo máximo de recaída es a los 3 meses del abandono del tabaco y hasta que no pasa 1 año no lo podemos considerar como exfumador. “Si bien, hay recaídas más tardías porque la realidad es que un fumador siempre está en riesgo de volver a fumar”, reconoce.
“Con intervenciones breves en la consulta dental podemos conseguir altas tasas de éxito”
El retorno que reciben en el grupo de trabajo SEPA-CNPT de los odontólogos que llevan a cabo este protocolo, apunta la Dra. Izquierdo “es positivo, pues ayudar a dejar de fumar a un paciente es muy gratificante y una de las mejores cosas que podemos hacer para mejorar la salud y la vida de las personas”. Pero señala como el principal inconveniente las “barreras imaginarias” que algunos profesionales se marcan al pensar que es complicado, que no están preparados, que les va a llevar mucho tiempo o que no va a ser efectivo. “Nada más lejos de la realidad”, apunta la experta: “Con intervenciones breves (no más de 3 minutos) podemos conseguir altas tasas de éxito. Lo importante es formarse y ponerse en marcha”, anima.
“Pero aún queda mucho por hacer”, asevera la Dra. Izquierdo. “Si bien la mayoría de los profesionales están interesados en que sus pacientes dejen de fumar, son pocos los que se implican de manera habitual. Quizás una mayor demanda de este tipo de tratamiento por parte de los pacientes haría que aumentara la motivación del colectivo en este tipo de terapias”, concluye.