Según los datos del Libro Blanco de Salud Oral 2023, un 17% de la población española con problemas bucodentales necesita un implante. Tras este tratamiento, una deficiente higiene oral o a una sobrecarga oclusal sobre la pieza recién colocada puede provocar periimplantitis, una inflamación de los tejidos que rodean al implante tras su colocación. Sus síntomas son enrojecimiento, sangrado y dolor en la zona, así como movimiento del implante.
El Dr. Esteban Padullés Roig, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Implantes (SEI) en declaraciones a Dentalia afirma: “De los diferentes estadios de la patología periimplantaria de causa infecciosa, la prevalencia de mucositis, etapa más leve, en un seguimiento promedio de 2 años fue del 80% de los pacientes y del 50% en los implantes, y la de peri implantitis en un seguimiento promedio de 2 años fue del 34% de los pacientes y del 21% en los implantes”. El experto añade: “Esto significa que uno de cada cinco implantes, y uno de cada tres pacientes que llevan implantes tendrán periimplantitis”.
“La evolución de la enfermedad sin tratamiento conduce indefectiblemente a la pérdida de los implantes”
Sobre la causa de la enfermedad, el Dr. Padullés explica: “Hay dos causas etiológicas de pérdida de hueso en implantes en función. La principal es la etiología infecciosa, que conocemos como periimplantitis”. Sin embargo, la pérdida de hueso puede ser debida también a factores mecánicos como factor primario, por la transmisión a los implantes de cargas no adecuadas o excesivas. El experto puntualiza: “En estos casos hablaremos de periimplantólisis o perimplantosis. Estos procesos de pérdida de hueso por causa mecánica pueden sufrir colonización bacteriana que actuará como factor secundario, y que agravará la patología. Es importante determinar los factores etiológicos involucrados para abordar los tratamientos”.
El experto advierte de que las manifestaciones clínicas pueden ser a veces confusas. “Pueden aparecer inflamación, hinchazón sangrado y/o supuración alrededor del implante, malestar durante el cepillado y raramente dolor. Todas son manifestaciones poco frecuentes y la mayoría de los casos son asintomáticos y conducen a enfermedades silentes”. Explica que los pacientes perciben como saludables los implantes, independientemente de su verdadero estado de salud, y consideran que casi el 90% de los implantes con periimplantitis estaban sanos y no afectaban su calidad de vida. “Esto es una gran dificultad para la detección precoz. Por lo tanto es un diagnóstico eminente profesional y detectado en las visitas de mantenimiento; de ahí también la importancia de estas citas periódicas ya que la detección precoz en muy importante para iniciar el tratamiento sin demora y mejorar los resultados. La evolución de la enfermedad sin tratamiento conduce indefectiblemente a la pérdida de los implantes”, destaca el doctor.
“Los fenómenos inflamatorio/infecciosos que sufren los dientes y encías tienen su réplica en los implantes y al igual que se pueden perder los dientes, se pueden perder los implantes”
La patología que pueden padecer los implantes es provocada por las mismas causas que la que se produce en los dientes naturales. “Los fenómenos inflamatorio/infecciosos que sufren los dientes y encías, gingivitis y periodontitis, que son capaces de provocar su pérdida, tienen su réplica en los implantes con la mucositis y la periimplantitis, de igual modo capaces de hacer perder los implantes”, explica el doctor.
El experto apunta que el tratamiento de la patología periimplantaria debe abordarse desde dos vertientes. “La principal es la eliminación de los factores etiológicos, cuya persistencia agrava y provoca la progresión de la enfermedad”. En este aspecto, “hay diferentes niveles de actuación dependiendo de algunas circunstancias como el estadio evolutivo de la enfermedad, el tipo de defecto de los tejidos blandos y de soporte periimplantarios y factores del propio paciente”, añade.
Una patología leve como la mucositis puede resolverse con la eliminación del biofilm con técnicas sencillas de mantenimiento como ultrasonidos con puntas de peek, cepillos de chitosan, curetas, etc. “A medida que las fases evolutivas involucran al hueso, la actuación terapéutica obliga a realizar tratamientos en más profundidad, desde tratamientos no quirúrgicos con la eliminación del biofilm de la superficie del implante y del tejido infectado de la bolsa, hasta tratamientos quirúrgicos para eliminar este biofilm y permitir un buen acceso higiénico, sería un tratamiento resectivo, o tratamientos regenerativos que tratan de regenerar el defecto óseo periimplantario y reconstruir la unidad periimplantaria a los limites fisiológicos normales previamente existentes”, explica.
“No hay que olvidar que los tratamientos con implantes están cumpliendo una función en un medio agresivo”
“No hay que olvidarse de controlar los factores mecánicos y la oclusión, que también deberemos tratar como posible factor etiológico, en caso de que este alterada”, advierte el Dr. Padullés que apunta que sin embargo, el tratamiento “no se limita exclusivamente a la eliminación y control de los factores etiológicos, sino que además debemos poner especial atención en los factores de riesgo y eliminarlos o modificarlos cuando sea posible”.
Después del tratamiento, apunta el experto que el éxito se mantendrá si hay un correcto protocolo de mantenimiento por parte del paciente, siguiendo las medidas higiénicas personales orales que se le indicarán para realizar en su domicilio, y acudiendo a las citas de mantenimiento cuya cadencia determinará el profesional. “Hay que tener en cuenta que los pacientes que abandonan el mantenimiento tienen 4 – 5 veces más posibilidades de recaída”, advierte.
El Dr. Padullés afirma que “no hay que olvidar que los tratamientos con implantes están cumpliendo una función en un medio agresivo, inmerso el implante en un ecosistema en equilibrio, con gran variedad de microorganismos que, cuando se descompensa por diferentes motivos, es capaz de albergar patología. Patología que afecta a todos los elementos que conforman el aparato estomatognático y que no están exentos de padecer los implantes y las prótesis que soportan”, concluye.