Durante los primeros años de vida de los bebés es común el uso de chupete, por ser un elemento que aporta a los pequeños una gran tranquilidad. Pero además de aspectos positivos, su uso prolongado puede entrañar riesgos para la salud bucodental de los más pequeños.
La odontóloga Elara Fleitas, en declaraciones a Dentalia, afirma que “el uso de chupetes en bebés tiene varios beneficios, pero también riesgos potenciales y la decisión de utilizarlos depende en gran medida de las preferencias individuales de los padres y del bebé".
Entre las ventajas del uso del bebé la experta señala la satisfacción del reflejo de succión, la ayuda para conciliar el sueño así como la reducción del síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS).
Los expertos recomiendan limitar o dejar de usar el chupete a partir de los dos años de edad para prevenir problemas dentales
Pero su uso también tiene inconvenientes como la interferencia en la lactancia materna, los problemas dentales que se puedan producir derivados de su uso "o incluso la dependencia psicológica que el niño puede llegar a tener del chupete", apunta la dentista.
Los expertos recomiendan limitar o dejar de usar el chupete a partir de los dos años de edad para prevenir problemas dentales. "Nuestra recomendación es limitar su uso a la noche a partir de los 18 meses y después de los tres años evitar su uso por completo", apunta la fundadora de Clínica Dental Ortodoncia Dra. Fleitas. En el caso de usar un chupete, la experta indica que "el modelo ideal sería lo más pequeño posible, con cuello estrecho, totalmente simétrico, con escudo aireado y sin olvidar que sea de materiales homologados".
En el caso del biberón la elección de la tetina "es una decisión importante y personal". La dentista apunta que esta decisión puede depender de varias variables incluyendo la edad del bebé si se está amenazando y también la preferencia del recién nacido. En el caso del biberón, el modelo óptimo debería ser "lo más pequeño posible, totalmente simétrico y de cuello estrecho", apunta la facultativa.
"No todos los niños que se chupan el dedo desarrollarán mordida abierta u otros problemas dentales necesariamente"
La succión digital o el hábito de chuparse el dedo es muy común en los bebés y los niños pequeños. Aunque puede ser una fuente de consuelo y relajación para los niños también puede tener desventajas y riesgos potenciales si se alargan más allá de la edad preescolar, señala la experta.
"Para reducir el riesgo de alteración en la forma y crecimiento maxilomatricular debemos retirar el uso de chupetes biberones y succión digital no más tarde de los tres años, limitando su uso a partir de los 18 meses solo al horario nocturno", destaca la doctora.
Uno de los problemas más comunes derivado del uso de chupetes y biberones es la mordida abierta. Esta patología se produce por la presión constante que ejerce sobre los dientes superiores e inferiores que puede provocar que se incline hacia fuera creando un espacio y alterando el crecimiento y desarrollo normal de la boca. "A su vez esto puede causar problemas al morder y masticar alimentos y puede afectar al habla haciendo que el niño tenga dificultades para pronunciar ciertos sonidos", añade la odontóloga.
“La intensidad y la duración de la succión del dedo así como factores genéticos que también pueden influir en la alineación de los dientes y el crecimiento de la mandíbula”
Además la succión digital también puede afectar a la forma de la mandíbula causando una deformación del paladar o un crecimiento anormal de la mandíbula. "Esto puede llevar a una mordida cruzada que es cuando los dientes superiores caen dentro de los dientes inferiores e incluso provocar problemas más graves en la mandíbula", señala la Dra. Fleitas.
La experta recuerda que "no todos los niños que se chupan el dedo desarrollarán mordida abierta u otros problemas dentales necesariamente". Apunta que los factores que pueden influir en el desarrollo de estas patologías son "la intensidad y la duración de la succión del dedo así como factores genéticos que también pueden influir en la alineación de los dientes y el crecimiento de la mandíbula", concluye.