La estrecha relación entre alimentación y salud bucodental es cada vez más latente en las clínicas dentales debido a los cambios en la rutina alimenticia que lleva a consumir alimentos más azucarados, acidogénicos o pegajosos. Los dentistas recuerdan que la ingesta frecuente de azúcares y carbohidratos refinados puede provocar caries, la falta de nutrientes esenciales, como la vitamina C, puede favorecer la gingivitis o la periodontitis, y una mala nutrición en niños puede afectar al adecuado desarrollo de sus dientes y huesos maxilares.
En declaraciones a Dentalia, el Dr. Baptiste Chailan, director médico de Institutos Odontológicos afirma que lo principal atener en cuenta es "la frecuencia de exposición a los azúcares y los ácidos en el medio oral”. Recuerda que los azúcares consumidos fermentan y producen ácidos debido a la presencia de bacterias en la boca, los cuales atacan el esmalte y lo desmineralizan dejándolo más frágil y propenso al desarrollo de las caries. “Después del consumo de azúcar, se necesita un tiempo para que el pH de la boca vuelva a un nivel aceptable, por lo tanto a más comidas durante el día, más alteraciones del pH y más riesgo de patologías dentales”, expone el Dr. Baptiste Chailan.
“La ingesta de alimentos que requieren masticación es una parte imprescindible del desarrollo y mantenimiento de las funciones masticatorias. En caso de los niños se deben introducir alimentos más duros de manera progresiva siguiendo las indicaciones del pediatra, y asegurando siempre que no haya riesgos de ahogo”, sostiene el experto.
“Es clave proporcionar alternativas a pacientes mayores para mantener su capacidad masticatoria y que puedan ingerir la cantidad de nutrientes necesarios”
El especialista explica que “la estimulación del mordisco que sea a nivel de las encías y/o los dientes temporales permite el desarrollo de la musculatura facial y favorece un crecimiento simétrico de la cara, potencia la salivación para regular el pH y estimula también el sistema digestivo para asegurar un buen procesamiento de los alimentos”. Puntualiza que en caso de menores, hay que tomar en cuenta que el crecimiento facial sigue hasta, aproximadamente, los 20 años en hombres y 22 en mujeres, edades hasta las que se mantendrían las indicaciones facilitadas.
“En cuanto a personas mayores, se han demostrado varias correlaciones entre la pérdida masticatoria y la disminución de la capacidad cognitiva junto a enfermedades gastrointestinales crónicas”, apunta el Dr. Baptiste Chailan. “Es clave poder proporcionar alternativas a pacientes mayores para poder mantener y/o devolver su capacidad masticatoria y asegurar que puedan ingerir la cantidad de nutrientes necesarios para cumplir con las recomendaciones de su dieta”, añade.
Hay una serie de nutrientes con una incidencia significativa en la salud bucodental por su importancia en la formación del esmalte dental o su promoción de la salud de las encías, por lo que los alimentos que los contienen es recomendable introducirlos en una dieta equilibrada. El Dr. Baptiste Chailan enumera los siguientes:
- Calcio y Vitamina D: Para la formación y mantenimiento de dientes fuertes y sanos.
- Fósforo: Para trabajar en conjunto con el calcio en la mineralización dental.
- Vitamina C: Para la salud de las encías y la prevención de enfermedades periodontales.
- Zinc: Para la inmunidad oral y la cicatrización de tejidos.
- Vitamina A: Para la producción de saliva y la salud general de los tejidos blandos de la boca.
- Flúor: Para la remineralización del esmalte y la prevención de caries.
“Una deficiencia en estos nutrientes clave puede llevar a diversas alteraciones en los dientes, como mayor riesgo de caries, fragilidad dental, problemas en las encías y en la cicatrización de tejidos orales”, explica el experto.
“La presencia de bacterias nocivas debida a una alimentación poco saludable y malos hábitos pueden llegar a tener un efecto devastador sobre la salud de las encías”
Para concienciar sobre la repercusión de la alimentación en la salud oral, los dentistas llevan a cabo una labor didáctica que como detalla el Dr. Baptiste Chailan tiene dos ejes de trabajo principales: “Por un lado, la educación didáctica de los padres respeto a las necesidades de sus hijos en crecimiento, siguiendo las pautas y recomendaciones mencionadas previamente, y la importancia de las revisiones periódicas de los niños para controles del estado de las encías, del desarrollo correcto y la salud de los dientes temporales. Y por otro lado, hacemos énfasis en personas mayores sobre la necesidad de mantener o devolver una boca funcional con el fin de ayudar a mantener la propiocepción, asegurar los aportes vitales necesarios, y contribuir en preservar las funciones cognitivas e intestinales”.
El director médico de Institutos Odontológicos apunta que algunos malos hábitos pueden llegar a provocar “en casos muy concretos, fracturas de las prótesis definitivas y/o provisionales”. Matiza que estas incidencias son provocadas por habitos “toxicos” como morderse las uñas, masticar cosas duras, etc. “De manera más general, la presencia de bacterias nocivas debida a una alimentación poco saludable y malos hábitos, favorecerá la aparición de las caries y de las enfermedades periodontales, los cuales pueden llegar a tener un efecto devastador sobre la salud de las encías e incluso generar patologías generalizadas por la transmisión de las bacterias al torrente sanguíneo”, concluye.