La nutrición desempeña un papel crucial en la salud oral, ya que influye directamente en la prevención de enfermedades bucales y el mantenimiento de encías y dientes fuertes. Además la deficiencia de algunas vitaminas puede favorecer la aparición de algunas enfermedades por lo que los expertos destacan la importancia de mantener una dieta equilibrada. Los dentistas recuerdan que la desnutrición puede influir en el crecimiento maxilofacial, en enfermedades dentales, de la mucosa oral y propiciar el cáncer oral.
El odontólogo Iván Malagón, en declaraciones a Dentalia, afirma que “para un correcto equilibrio de la flora bacteriana en la boca tenemos que tener una dieta rica en proteínas, en calcio y en vitaminas. Cuando comemos fuera tomamos más carbohidratos, carnes rojas… y eso afecta negativamente en la salud oral”.
Los expertos recuerdan que las enfermedades periodontales progresan más rápidamente en las personas desnutridas. Las deficiencias de vitaminas A, C, E, ácido fólico y calcio se han asociado con la enfermedad de las encías. Esta patología crónica afecta al componente de soporte de los dientes y, si no se trata, puede provocar la pérdida de dientes lo que puede afectar negativamente la función masticatoria, la ingesta dietética y el estado nutricional. “Es fundamental mantener una dieta equilibrada, rica en proteínas, calcio, flúor y vitaminas A, C, D y K”, apunta el Dr. Malagón que invita a “huir de las dietas hiperproteicas, ya que pueden afectar negativamente la salud bucal y general”.
Es fundamental mantener una dieta equilibrada, rica en proteínas, calcio, flúor y vitaminas A, C, D y K
La vitamina A juega un papel fundamental en el mantenimiento de las mucosas y su deficiencia puede llegar a producir gingivitis, otras alteraciones de la encía y reabsorción del alveolo. La falta de vitaminas del complejo B se asocia con una menor resistencia a las agresiones bacterianas y el papel de la vitamina B, particularmente el ácido fólico, es de interés actual en la regulación de la salud de los tejidos periodontales. Las investigaciones actuales indican que una deficiencia de ácido fólico está asociada con la capacidad reducida del tejido periodontal para actuar contra los irritantes bacterianos.
La relación entre la vitamina C y las enfermedades periodontales se basa en el papel que juega esta vitamina en el mantenimiento y reparación del tejido periodontal saludable junto con sus propiedades antioxidantes. Los nutrientes antioxidantes como las vitaminas A, C y E son importantes para mantener la salud periodontal. Estos antioxidantes se encuentran en muchas frutas, verduras y granos.
Los expertos recuerdan que también existe una relación entre la ingesta de calcio y las enfermedades periodontales. El calcio juega un papel crucial en la densidad en el hueso alveolar que soporta los dientes y es necesario para la salud de los huesos, los dientes, las contracciones musculares y otras funciones. Un aumento de la placa dental, también conocida como biofilm, está asociado con la alta ingesta de sacarosa y se considera que la placa es el principal factor etiológico en el desarrollo y progresión de las enfermedades periodontales.
Los dientes con retracción gingival son más propensos a la caries en la raíz del diente
En la primera infancia, los expertos apuntan que la desnutrición proteico-energética (DPE) se relaciona con un empeoramiento del estado periodontal durante la etapa de la adolescencia. Se ha sugerido que la DPE en la primera infancia afecta el sistema inmunitario en desarrollo, lo que posteriormente reduce la capacidad de la persona para responder a las bacterias patógenas periodontales.
Otra de las patologías que puede verse afectada por una incorrecta nutrición es la caries dental que es la desmineralización irreversible de los tejidos duros de los dientes, es decir, el esmalte y la dentina. Esto es provocado por la formación de ácidos originados por bacterias en la placa dental a través del metabolismo de los azúcares de la dieta.
Tras la erupción de los dientes son los más susceptibles al inicio de la caries dental. Además, los dentistas recuerdan que los dientes con retracción gingival son más propensos a la caries radicular, es decir, caries en la raíz del diente.
El flúor ayuda a reducir el efecto de los azúcares sobre nuestros dientes
Evitar el consumo de azúcar entre comidas y reducir el azúcar en la dieta puede minimizar la caries. Existe también una clara asociación entre la caries dental y el consumo de azúcar entre comidas. El tipo de azúcar consumido y el tipo de alimentación también juegan un papel importante en el desarrollo de la caries.
Los expertos recuerdan que la sacarosa tiene un mayor poder cariogénico, es decir, mayor capacidad de producir caries que otras formas de azúcares como la fructosa, la maltosa, la lactosa o la glucosa.
El flúor ayuda a reducir el efecto de los azúcares sobre nuestros dientes. Combinar una disminución de la cantidad y la frecuencia de la ingesta de azúcar con aplicaciones adecuadas de flúor, siguiendo las indicaciones de un odontólogo, ayuda al control de la caries dental. Además, los expertos en alimentación señalan que ciertos alimentos como el queso y la leche ayudan a proteger los dientes por su efecto contra la desmineralización dental.
“La ingesta de bebidas carbonatadas, ricas en azúcares y ácido carbónico hace que se cree más placa dental y se desmineraliza el esmalte”
En los alimentos podemos encontrar diferentes ácidos que pueden llegar a erosionar nuestros dientes. Junto con el ácido intrínseco, el gastrointestinal, los factores extrínsecos incluyen diversas sustancias dietéticas, especialmente aquellas que contienen ácido cítrico, ácido fosfórico, ácido ascórbico, ácido málico, ácido tartárico y ácidos carbónicos. Estos ácidos dietéticos se encuentran en refrescos, frutas, zumos, tés, o incluso el vinagre y el vino.
“La ingesta de bebidas carbonatadas, ricas en azúcares y ácido carbónico hace que se cree más placa dental y se desmineraliza el esmalte”, afirma el Dr. Malagón. Se ha demostrado una asociación entre el consumo excesivo de estas bebidas y la erosión dental. El consumo de refrescos produce una reducción del pH salival, que cuando alcanza el valor de 5,5 produce la disolución del esmalte. Una exposición prolongada y habitual en el tiempo a refrescos aumenta las posibilidades de desmineralización del esmalte. Los expertos recomiendan ingerir estas bebidas con pajita para evitar su contacto con los dientes así como llevar a cabo un cepillado 20 minutos después de su consumo.
Cuidar nuestra alimentación es una inversión en la salud oral, contribuyendo además a la prevención de enfermedades bucales. Optar por una alimentación consciente es clave para mantener una sonrisa saludable y prevenir afecciones bucales a largo plazo.