Varios estudios apuntan que la nutrición tiene un papel importante el control de las enfermedades periodontales y señalan a la obesidad como un factor de riesgo potencial para desarrollar periodontitis. La obesidad tiene impacto en los parámetros metabólicos e inmunes y a través de ellos puede aumentar la susceptibilidad de quien la sufre a desarrollar la enfermedad periodontal.
Según la OMS, las enfermedades periodontales graves afectan del 5 al 20 % de los adultos de edad madura en el mundo, con una incidencia que varía según la ubicación geográfica. En España esta enfermedad afecta a 1 de cada 3 adultos según los datos del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos. Además, la enfermedad periodontal es la causa principal de pérdida de dientes en adultos, afecta las estructuras de soporte del diente, las encías, la membrana periodontal y el hueso alveolar. En el estado más avanzado, la periodontitis es el resultado de una extensión del proceso inflamatorio iniciado desde la encía hacia el tejido periodontal de soporte.
Las adipoquinas, sustancias bioactivas secretadas por el tejido adiposo, son el vínculo entre obesidad y las enfermedades periodontales
La prevalencia de obesidad se presenta en un tercio de la población total y aumenta en todos los grupos de edad de ambos sexos. Según los datos de referencia para la definición de obesidad establecidos por la Organización Mundial de la Salud, la obesidad es una epidemia del siglo XXI y un factor de riesgo para la salud con una prevalencia que aumenta rápidamente en niños y adolescentes.
El vínculo entre obesidad y enfermedad periodontal se debe a sustancias bioactivas secretadas por el tejido adiposo conocidas como adipoquinas. Estas sustancias tienen un rol en el sistema inmune y en la respuesta del huésped. Cuanto mayor es el tejido adiposo, más aumentan los niveles séricos de adipoquinas (específicamente una llamada resistina) que es asociada con la periodontitis. En la obesidad se produce un estado proinflamatorio que causa la destrucción del tejido conectivo periodontal e induce a los osteoblastos a generar señales químicas a los osteoclastos para reabsorber estructuras óseas periodontales, lo que produce un cuadro característico de la enfermedad periodontal.
Una investigación de artículos elaborados sobre la asociación de obesidad y enfemedades periodontales deteminó que la obesidad cursa con una inflamación crónica subclínica que podría provocar el empeoramiento de enfermedades inflamatorias crónicas como la periodontitis. La asociación entre obesidad y periodontitis fue consistente y coherente existiendo un patrón convincente de mayor riesgo de periodontitis en los individuos que tienen sobrepeso o son obesos. Aunque el mecanismo fisiopatológico causal todavía no se conoce claramente, se propuso que el desarrollo de resistencia a la insulina concomitante a la presencia de un estado inflamatorio crónico y de estrés oxidativo podría estar implicado en la asociación entre obesidad y periodontitis.
Según se recoge en el Atlas de Salud Bucodental en España, la enfermedad periodontal también está asociada a enfermedades sistémicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y algunas complicaciones durante el embarazo. Las bacterias son la causa principal de esta enfermedad. El presidente del Consejo General de Dentistas, el Dr. Óscar Castro Reino explicó que “las bacterias orales que pasan al torrente sanguíneo pueden generar una respuesta inflamatoria en el organismo, dañando la pared de las arterias y facilitando la formación de placa que tapona las arterias y deriva en enfermedades cardiovasculares”.