Los avances tecnológicos cada vez están más presentes en todos los procesos de un tratamiento de ortodoncia. Desde la planificación hasta el seguimiento, la tecnología empleada por los ortodoncistas permite que los tratamientos sean más efectivos y un mejor control de su evolución lo que permite tomar las decisiones más adecuadas que influyen en el tiempo del tratamiento.
“Existen diferentes tipos de maloclusiones y por lo tanto de pacientes. Hoy en día en ortodoncia se habla mucho de marcas de alineadores pero hay que hablar de que el ortodoncista es el verdadero protagonista y el encargado de decidir cómo se trata cada maloclusión de cada paciente”, afirma en declaraciones a Dentalia, el doctor Carles Navarro, odontólogo especialista en Ortodoncia.
“La Inteligencia Artificial no dirige el tratamiento sino que nos da datos para que los doctores podamos tomar decisiones”
“La individualización es clave porque no podemos tratar a todos los pacientes de la misma manera, ni con las mismas herramientas, ni con los mismos alineadores… Por eso el doctor es quien tiene que dirigir la estrategia, aplicando su metodología a cada paciente y con un plan adaptado a su maloclusión”, apunta el Dr. Navarro. El experto apunta que los ortodoncistas diseñan el caso y toman decisiones previamente en un software de diseño digital de movimientos. A partir de entonces la Inteligencia Artificial (IA) informa del proceso del tratamiento a través de un informe semanal en base al cual pueden tomar las decisiones más oportunas. “Nosotros vamos educando a la IA sobre las cosas que son importantes a detectar. La IA no dirige el tratamiento sino que nos da datos para que los doctores podamos tomar decisiones”, puntualiza el director de Carles Navarro Ortodoncia.
Hoy en día gracias a la monitorización remota, en la cual el paciente se realiza un escaneado de la cavidad oral semanalmente los ortodoncistas pueden revisar la eficacia de sus decisiones semanalmente con mucha más precisión. “De esta forma la visita presencial que se sigue llevando a cabo se puede usar para otros fines y centrarnos con más detenimiento en el proceso”, apunta el Dr. Navarro.
Antiguamente se controlaba al paciente únicamente valorando estas decisiones en las visitas presenciales, que podía producirse cada uno o dos meses. “La información del proceso de ortodoncia ahora la tenemos gracias a la monitorización prácticamente en tiempo real, y gracias a la IA se filtra y nos ofrece los datos que necesitamos para llevar el control del tratamiento. “Esto ha hecho que el ajuste y la perfección de los tratamientos haya mejorado exponencialmente”, destaca el doctor.
El 86% de los pacientes afirman sentirse “más tranquilos” con una monitorización remota durante el tratamiento por su ortodoncista de forma constante
La aplicación de estas nuevas tecnologías hace que el paciente participe de forma activa en su tratamiento. Según un estudio llevado a cabo por DentalMonitoring, sobre el uso de su solución de nuevas tecnologías, concretamente de la monitorización impulsada por IA, el 86% de los pacientes se sintieron más tranquilos durante el tratamiento al ser supervisados por su ortodoncista de forma constante. En general, los pacientes de este estudio realizado en 10 países mostraron una actitud muy positiva hacia todos los aspectos de su experiencia de telemonitorización, independientemente de su edad o ubicación geográfica.
“Los pacientes han aceptado muy bien estos avances porque saben que es un beneficio para ellos que haya una supervisión del tratamiento semanal y no sólo durante las visitas presenciales”, explica el Dr. Navarro. Además con las revisiones semanales se puede poner el foco en muchos otros factores que profesionales que no realizan este seguimiento pueden no tener en cuenta, apunta el experto. “Entre mis pacientes tengo un 100% de aceptación de la monitorización. Nadie me ha dicho que no en la primera visita”, asegura.
Muchos factores, como los “attachments” de los alineadores o la resistencia al movimiento de cada diente en relación a la densidad del hueso, pueden influir en que un tratamiento transcurra tal y como se ha planificado y no todos se pueden analizar previamente, sino que se necesita la colaboración del paciente. “Estos factores provocan situaciones particulares en cada paciente y que refuerzan la necesidad de la individualización del tratamiento”, apunta el Dr. Navarro.
“La colaboración del paciente es clave: la diferencia de resultados de quienes llevan el alineador sólo 15 horas o que algún día no se lo ponen es abismal”
“Hay que tener en cuenta que un ortodoncista puede diseñar un caso a nivel digital, disponer de los alineadores perfectos pero hay una enorme diferencia entre un paciente que lleva el alineador durante 22 horas al día, que es lo que está indicado, respecto a un paciente que lo lleva 19 horas de media. Y la diferencia con los pacientes que lo llevan 15 horas o que algún día no se lo ponen, es abismal. La colaboración del paciente es clave y las horas al día que se lleva el alineador determina notablemente la predictibilidad del tratamiento”, detalla el experto. “Cuando explicamos el tratamiento miramos a los ojos al paciente y le decimos: tu colaboración es clave en este tratamiento”, añade.
La monitorización remota de un tratamiento de ortodoncia ayuda a detectar si se produce otro tipo de patologías y si la higiene del paciente es óptima. Además evita “sorpresas” en las visitas de revisión en la clínica. La monitorización en ortodoncia permite que los tratamientos tengan más éxito y se culminen en plazos más cortos, dándole también más control al paciente sobre el desarrollo del tratamiento. “Sin duda este es un beneficio enorme para nosotros pero sobre todo para el paciente. Además esta tecnología también permite reducir el tiempo de las visitas en la clínica y optimizarlas ya que sabemos cuáles son las actuaciones que tenemos que realizar en el paciente porque hemos visto el estado de su boca antes de que entre por la puerta de la clínica”, concluye el Dr. Navarro.