El hueso maxilar superior, que forma parte de la órbita, la cavidad nasal y el paladar, y contiene a los dientes superiores, juega un papel clave en la masticación, la comunicación y la estética del paciente. El Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial y Odontología del Hospital Universitario La Luz ha realizado una reconstrucción maxilar a una paciente a quien se le diagnosticó un carcinoma adenoide quístico en el maxilar superior y que se extendía hacia el seno maxilar.
En declaraciones a Dentalia, el Dr. Néstor Montesdeoca García, codirector del servicio y jefe de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial y Odontología del Hospital MD Anderson Cancer Center Madrid explica que “la paciente joven acudió a consulta presentando una masa en la porción palatina del proceso alveolar en la proximidad de los últimos molares”.
El abordaje para la cirugía de extirpación y posterior reconstrucción se realizo por vía intraoral, para evitar cicatrices en el rostro. “La reconstrucción de la maxilectomia parcial posterior izquierda se realizó mediante el tallado de un colgajo de músculo temporal homolateral en el mismo procedimiento. A su vez, el defecto de la fosa temporal fue compensado con una malla de titanio”, explica el Dr. Montesdeoca.
“Se diseñó y fabricó una estructura de titanio que superara los retos funcionales y biológicos que planteaba el caso”
Tras la cirugía la paciente recibió tratamiento radioterápico, explica el experto: “A los dos años de la primera intervención y sin evidencia de recidivas, le planteamos realizar una nueva intervención por vía intraoral, para la reconstrucción secundaria del maxilar que incrementaría el volumen del tercio medio facial izquierdo y le daría la posibilidad de portar una rehabilitación dentaria de la zona premolar y molar afectadas”.
Para ello y previo estudio fotográfico, los especialistas diseñaron una prótesis provisional que daría continuidad a la arcada dentaria, estética a la sonrisa y volumen a los labios y el malar. “Una vez cumplidos esos criterios, realizamos un TAC del paciente con la prótesis y de la prótesis de manera individual. De esta forma teníamos virtualizada a la paciente, sabíamos dónde estaba el mejor hueso para fijar la estructura, el volumen que teníamos que reponer y por donde deberían emerger las conexiones tipo implante dental para la rehabilitación dental. Posteriormente se diseñó y fabricó una estructura de titanio que superara los retos funcionales y biológicos que planteaba el caso”.
Los principales criterios para elegir un implante subperióstico en lugar de otros tipos de implantes o técnicas de reconstrucción, indica el equipo médico, fue la radioterapia previa y la necesidad de aportar volumen facial y rehabilitar dentariamente de forma simultánea.
“Todavía estamos en los albores de esta nueva generación de implantes subperiósticos”
El Dr. Montesdeoca explica que se aseguraron de la integración del implante subperióstico con el hueso maxilar y el tejido de la encía de tres maneras: “Inicialmente asegurándonos de que el implante se apoya exactamente en el lecho óseo y no tiene movilidad. Por otra parte, el titanio de la cara interna que contacta con el hueso del implante subperióstico es rugoso, eso acelera su integración al hueso remanente. Esta estructura está preparada para ser fijada con tornillos de osteosíntesis buscando siempre la mejor densidad y volumen de hueso para colocar el mayor número de tornillos de diámetro y longitud adecuada que aseguren una estabilidad primaria del implante. De forma secundaria y con el paso de los meses, incluso años, esos tornillos se osteointegran al hueso, el hueso crece sobre la superficie interna de la estructura y a veces cubre parte de esta. Es importante ser paciente y esperar el tiempo necesario para que esto ocurra, y la encía y el hueso cicatricen bien. Especialmente en pacientes bruxistas o rehabilitados con implantes en la mandíbula y que han perdido la propiocepción, es decir, no controlan la fuerza masticatoria”.
Tras la intervención, explica el experto, el seguimiento y los cuidados son los habituales en cualquier procedimiento de cirugía oral. “Pautar analgesia, antiinflamatorios y antibióticos. Dieta blanda y una estricta higiene oral, así como enjuagues con clorhexidina diluida tras las comidas hasta que la cicatrización de la encía sea estable. También sería muy prudente no realizar carga inmediata de la estructura”.
El Dr. Montesdeoca no considera que los implantes subperiósticos sean una técnica que sustituya a los métodos clásicos, que incluyen la regeneración del hueso para colocar implantes endoóseos, el uso de implantes cortos angulados o cigomáticos. “Todavía estamos en los albores de esta nueva generación de implantes subperiósticos y bajo mi criterio deben ser empleados en casos de rescate y que tengan buena cobertura de partes blandas”. Y destaca la importancia de que los pacientes no deben ser fumadores. “La planificación meticulosa del caso, el diseño del implante subperióstico de forma conjunta con los bioingenieros y una amplia experiencia son indispensables para ejecutar esta técnica de forma correcta y evitar complicaciones”, concluye.