Uno de los fallos más comunes al utilizar el cepillo eléctrico es usarlo de la misma forma que utilizamos el manual. En el caso del cepillo eléctrico no debemos imitar el movimiento del manual, frotando el cepillo por los dientes, sino que debemos limitarnos a desplazarlo desde la encía hacia el diente sin frotar y sin realizar el mismo movimiento de barrido que realizaríamos cuando nos limpiamos con uno manual.
Ejercer demasiada presión con el cepillos sobre el diente, puede ser, además de incorrecto, contraproducente. Al ejercer más presión aumentamos el riesgo de lesiones y de sangrados, perjudicando nuestras encías y agravando la situación en caso de padecer gingivitis. Además generamos un mayor desgaste de las cerdas de los cabezales de los cepillos y dañamos el esmalte natural de nuestros dientes.
El tiempo de cepillado debe ser de dos minutos al igual que con los cepillos manuales
El cepillo eléctrico no es sinónimo de mayor rapidez, frente a lo que a muchos les puede parecer. Los expertos recomiendan dividir la limpieza de nuestra boca en cuatro cuartos y dedicar 30 segundos a limpiar cada parte pasando el cepillo por cada uno de los dientes. Los dentistas indican que una consecuencia indirecta positiva del uso de los cepillos eléctricos es que se ha comprobado que las personas que los usan suelen estar entre un 20 y un 40% más de tiempo cepillándose los dientes. Este mayor tiempo de cepillado puede estar relacionado con ciertos factores, como que la gente se canse menos o que esté más motivada para la higiene bucal.
Otro de los errores más frecuentes entre los usuarios es no cambiar los cabezales cuando estos están ya gastados y pierden efectividad de limpieza. Muchas marcas de cepillos de dientes hacen que los cabezales vayan perdiendo color a medida que se utilizan para indicarnos cuándo debemos cambiarlos. Generalmente esto tendremos que hacerlo cada 3 ó 4 meses.
LOS CEPILLOS ELECTRICOS PUEDEN ELIMINAR MÁS PLACA BACTERIANA QUE LOS MANUALES
Según el Consejo General de Dentistas, ciertos cepillos eléctricos pueden reducir más la placa bacteriana, que es la responsable de la producción de caries y gingivitis. Cuando se utiliza un cepillo eléctrico el riesgo de abrasión del diente es menor, porque estos aparatos tienen un mecanismo de control de la presión que los hace menos proclives a dañar la superficie del esmalte.
Algunos cepillos eléctricos incluyen una señal acústica que garantiza como mínimo un cepillado de dos minutos de duración, como recomiendan las organizaciones de salud internacionales. Así que, en términos generales, la suma de todos estos factores hace que al final una eliminación mecánica de toda la placa bacteriana sea más fácil y mejor realizada con un cepillo eléctrico.
Según la evidencia científica actual los cepillos eléctricos que tienen un "mecanismo oscilante-rotatorio" son los más eficaces ya que esta tecnología hace que, además de girar, el cabezal del cepillo oscile sobre el diente y vaya adoptando ángulos distintos para poder alcanzar la zona yuxtagingival, es decir, la zona donde termina la encía y empieza el diente, que es de máxima importancia para eliminar la placa bacteriana.