El color de nuestras encías es uno de los indicadores de nuestra salud bucodental. Expertos del Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife explican que tener las encías de color rosa y que no sangren al cepillar nuestros dientes son algunos de los principales signos de que están en buen estado.
Sin embargo, si el rosa es demasiado pálido puede alertarnos de acumulación de placa bacteriana, existencia de úlceras bucales o infecciones. En el caso de que nuestras encías presenten un color rojo brillante, podríamos estar ante una inflamación o infección que puede derivar en enfermedades periodontales que, de seguir su avance sin el tratamiento adecuado, deriven incluso en la pérdida de las piezas dentales. Es posible que la acumulación de placa también produzca que aparezcan manchas blancas en este tejido blando de nuestra boca.
Por otra parte, determinados medicamentos o el mal hábito de fumar pueden hacer que nuestras encías estén marrones u oscuras. “En el caso de que detectemos estos colores rosa pálido, rojo brillante o marrón es muy importante visitar al dentista, para que pueda realizar el diagnóstico y pautar el tratamiento adecuado que nos evite patologías graves y nos devuelva el tono rosa coral saludable a nuestra boca”, apuntan los expertos.
Un color de las encías rosa pálido, rojo brillante, marrón o la presencia manchas blancas son síntomas de diferentes patologías
El Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife señala que, igual que ocurre con la lengua, se suele olvidar la higiene de nuestras encías. Por supuesto no deben cepillarse con fuerza, pero sí es importante eliminar los restos de comida y utilizar accesorios como el cepillo interdental, que permitirán realizar una limpieza más eficiente.
Pueden aparecer una pequeña herida, mancha o superficie abultada de color blanco. Sus causas con múltiples pero lo más común es que desaparezcan en unos días. En el caso de que no lo hayan hecho en quince días, se debe acudir al dentista lo antes posible para que realice las pruebas pertinentes y descarte la existencia de una patología más grave.
En todo caso, una alimentación saludable, rica en verduras y fruta; la higiene dental diaria, que incluya el cepillo interdental o el hilo dental al menos una vez al día, y las revisiones, con la periodicidad que nos haya pautado nuestro dentista habitual, son los pilares de la prevención para mantener unas encías saludables.