El mal aliento o halitosis es algo que sufren muchas personas y puede causar vergüenza o incluso ansiedad.
Las causas son variadas, van desde malos hábitos hasta enfermedades bucodentales. Las más habituales son:
- Alimentos. La descomposición de partículas de alimentos en los dientes y alrededor de ellos puede aumentar la cantidad de bacterias y causar un olor desagradable. Después de digerirlos, los alimentos ingresan en el torrente sanguíneo, son transportados a los pulmones y afectan el aliento.
- Tabaco. Los fumadores son más propensos a tener encías enfermas, una fuente de mal aliento.
- Higiene. Si no te cepillas los dientes y usas el hilo dental a diario, habrá partículas que queden en tu boca y produzcan mal aliento.
- Boca seca. La saliva ayuda a la limpieza de la boca porque elimina las partículas que causan mal olor. Por lo que si sufres la enfermedad de boca seca, es más probable tener halitos, debido a la poca producción de saliva.
- Medicación. Algunos medicamentos contribuyen a la sequedad de la boca y, por lo tanto, indirectamente provocan mal aliento. Otros se descomponen en el organismo y liberan sustancias químicas que se transportan al aliento.
EVITAR O PREVENIR EL MAL ALIENTO
- Mejorar higiene. Es imprescindible llevar a cabo una buena higiene, no solo de los dientes, también de la lengua y las encías.
- Hábitos alimenticios. Algunos alimentos como el ajo, las cebollas o el atún en conservas, pueden causar mal aliento. Lo recomendable es aumentar el consumo de frutas y verduras en nuestra dieta.
- Malos hábitos. A parte de perjudicar a nuestra salud en general, el consumo de alcohol y tabaco es una de las principales consecuencias de la halitosis, por ello, lo recomendable es reducir o eliminar su consumo.
- Hidratación. La hidratación ayudará a acabar con la sequedad y la falta de salivación y por lo tanto, las probabilidades de sufrir mal aliento.
- Revisiones. Visitar periódicamente al dentista es fundamental para prevenir y detectar posibles problemas.