El proyecto solidario Dentistas sobre Ruedas (DSR) nació en 2005 de la mano de los odontólogos Alfonso Jaume Campomar y Christian Martín Vargas, que tras conocerse en la carrera, descubrieron que compartían una misma inquietud: ayudar a los demás. En una entrevista con Dentalia, reconocen que la idea que inició el proyecto fue “trabajar en sitios del mundo donde nunca hubiese habido un dentista”.
Recién licenciados, explica Alfonso Campomar, “metimos un equipo dental en un camión y nos fuimos a la aventura buscando lugares del planeta exentos de servicios odontológicos. Durante los primeros cuatro meses estuvimos en Mauritania y Senegal siendo dentistas ambulantes, forjando un proyecto que a mi personalmente me cambió la vida”, confiesa.
DSR es una Fundación sin ánimo de lucro formada por dentistas, profesionales de la salud y voluntarios de diferentes sectores, cuya principal finalidad es organizar y coordinar proyectos que contribuyan a mejorar la salud en general y la bucodental en particular, de aquellas personas que no disponen de los recursos suficientes para acceder a unos servicios sanitarios dignos.
“Nos dimos cuenta que el hecho de ser ambulantes tiene sus limitaciones y decidimos instalarnos en un sitio fijo”
“La primera vez que llegamos a la localidad de Maghama, en Mauritania, el boca a boca hacía que la gente viniera hasta del desierto en burro, y teníamos tal cantidad de personas que querían ser atendidas que incluso tuvimos que poner guardias de seguridad para mantener el orden”, relata el dentista.
A medida que iban ayudando cada vez a más personas reconocen que se engancharon “a esa experiencia y al año siguiente montamos más camiones y decidimos que había que involucrar a los protésicos, por lo que montamos otro vehículo con un laboratorio de prótesis dentro”. Este proyecto poco a poco fue abriendo sus puertas a nuevos profesionales sanitarios, no sólo dedicados a la odontología.
“Nos dimos cuenta que el hecho de ser ambulantes tenía sus limitaciones y decidimos pasar de las ruedas a instalarnos en un sitio fijo”. Alfonso reconoce que cuando optamos por poner el primer ladrillo “sabía que iba a ser ya un proyecto de vida” en el que deberán trabajar siempre y no podrán delegar en la población autóctona ya que, afirman, “hemos visto otros ejemplos de ONG’s que han construido grandes infraestructuras y han terminado como ruinas porque no se han continuado gestionando”.
DSR atendió en Missirah durante 2022 más de 8.000 visitas dentales, colocando 169 prótesis dentales
El lugar elegido fue Missirah donde acaban de inaugurar la segunda fase de la “Academia Dental DSR- Casa de Salud” que abrió sus puertas en 2016 y que hoy en día cuenta con clínica dental, laboratorio de prótesis, quirófano, sala de ópticos o una sala de educadores. “Este centro da servicio durante nueve meses al año gracias a dentistas voluntarios que viajan desde España cada 15 días”, explica Campomar.
Actualmente DRS envía a Senegal a más de un centenar de profesionales voluntarios españoles cada año y cuenta con en torno a 70 voluntarios locales. Durante el año 2022, la Academia Dental DSR en Senegal recibió más de 8.000 visitas realizando 1972 obturaciones, 5731 exodoncias y 64 endodoncias. Además el área de prótesis realizó 169 actuaciones en pacientes.
Aunque la asistencia odontológica fue el germen de este proyecto, posteriormente se han incorporado: el área sanitaria, con medicina, enfermería y fisioterapia; y el área de óptica que en 2022 realizó 856 revisiones y que actualmente, gracias al taller de óptica, es capaz de proporcionar gafas a los pacientes en una hora.
El reto de DSR es “mantener este centro abierto el máximo tiempo posible a lo largo del año mediante el envío continuado de voluntarios”
“Nuestro siguiente objetivo en Senegal es introducir la odontología digital”, apunta Campomar. “Esto nos permitirá poner implantes con cirugías guiadas por lo que queremos involucrar a maxilofaciales en este proyecto solidario”, añade. Esperan contar con un escáner intraoral y un CBCT para poder recoger los datos que permitan realizar las planificaciones desde España en el marco de colaboración con voluntarios o universidades.
DSR consigue que año tras año, cada vez más voluntarios de distintos ámbitos se desplacen hasta Missirah con el fin de ofrecer distintos servicios, especialmente en materia de salud y educación. “Yo he tenido la suerte de tener lo que tengo y de haber podido recibir una buena educación, y con este proyecto tratamos de devolver un poco de lo que nos ha tocado”, concluye Campomar.