Si habitualmente el miedo a ir al dentista es algo común entre los adultos, esta sensación se multiplica en los niños. Pero una consulta dental en Madrid ha conseguido cambiar radicalmente la imagen que los niños tienen de la visita al dentista ya que desde que se abren sus puertas, los pacientes son transportados a un colorido mundo en las profundidades del océano.
“Queríamos crear una clínica en la que los padres pudieran llevar a sus hijos en un ambiente totalmente infantil a la que los niños quisieran ir”, señala Juan Moreno, CEO de Oceanic Ortodoncia y Odontología Infantil, quien confiesa haber conseguido el objetivo: “Cuando los niños llegan a la clínica, no quieren irse. Es más, los padres nos confiesan que están deseando volver”.
“Cuando los niños llegan a la clínica, no sólo no quieren irse, sino que desean volver”
La idea de crear Oceanic surgió de una clínica anterior en la que “se juntaban en la sala de espera tanto niños como adultos y nos dimos cuenta de que cada uno necesita una atención especial y distinta”. La decoración, el trato, el ambiente y el personal son puntos fundamentales para que los más pequeños tengan una experiencia positiva en su visita al dentista.
Los techos con cúpulas altas y redondeadas permitieron realizar un diseño muy especial en esta clínica dental infantil. “Le llamamos Oceanic porque todos los motivos dentro de la clínica están relacionados con el océano, todas las paredes están llenas de peces. Por ejemplo, el baño está lleno de medusas pintadas en las paredes”, apunta Moreno. Además “hay luces de colores led hacen que alguna de las pinturas resaltan en la oscuridad de cara a la noche para que sea más bonito”, añade.
En la sala de espera una pantalla táctil entretiene a los niños con numerosos juegos relacionados con el océano
Oceanic convierte la visita al dentista en toda una aventura. Los pacientes reciben al entrar una tarjeta en la que deberán conseguir descifrar un código secreto que finalmente les dará acceso al cuarto de las medusas. Allí deberá cepillarse los dientes con un cepillo eléctrico de última generación y conseguir la puntuación necesaria para acceder a la visita con el odontopediatra.
Tras superar esta especie de “scape room”, los niños acceden a uno de los dos gabinetes conocidos como: la cueva y el submarino. “El gabinete es muy grande y bonito, y simula una cueva en la que hay cangrejos, muchos animales marinos dentro… Y el otro gabinete recrea un submarino bajo el mar”. Los niños se convierten en él, en tripulantes de un sumergible sentados en la silla del dentista.
“Tenemos hasta veinte juegos distintos para que los niños tengan una experiencia distinta cada vez que van al dentista”, apunta Moreno. “En uno de ellos, el paciente tiene que descifrar un código con el que se le abrirá la puerta del submarino donde será atendido”. Cuando lo introduce correctamente se encienden las luces del submarino, se mueve la silla mientras se escuchan efectos sonoros creados para una total ambientación.
Desde la ambientación hasta el olor, todo está basado en la experiencia del paciente
“Los cimientos de la clínica son patient experience, es decir, partimos totalmente de la experiencia del paciente. Cuando nuestros pacientes, que son los niños, llegan a un centro médico, se esperan paredes blancas y profesionales con batas blancas. Pero al entrar se quedan con la boca abierta”. Para que los niños se sientan agusto, en esta clínica han trabajado no sólo los estímulos visuales, sino también los olfativos: “Tenemos un olor muy característico para los niños que es el del chicle de melón”.
Una vez conseguido el objetivo de que los niños quieran ir al dentista, comienza el propósito principal que es cuidar de su salud bucodental. Para ello, los odontopediatras de la consulta tienen a su disposición la última tecnología para hacer escáneres en 3D e incluso anestesia digital para que los niños tampoco sientan dolor durante la anestesia. El equipo de la clínica es muy didáctico con los pacientes a la hora de explicarles qué les están haciendo, cómo deben cuidar su boca y la importancia de una buena salud bucodental.