Coloplast, empresa danesa que nació hace 66 años, mantiene intacta su razón de ser: mejorar la práctica médica y la asistencia a todos los pacientes en las cuatro unidades de negocio que tiene la compañía: ostomía, incontinencia, cuidado de las heridas y urología intervencionista.
“Coloplast cumple con la misión con la que nació, la de escuchar a sus pacientes. Es el centro de la vida de la empresa”, asegura Josefa Martínez, directora de distribución del Sur de Europa de la compañía, que cuenta con presencia comercial en 140 países con ocho plantas de distribución repartidas por todo el mundo, desde Estados Unidos hasta China.
La empresa danesa tiene 12.500 empleados en todo el mundo, 145 en España, donde está a punto de cumplir 40 años. En los últimos meses, Coloplast ha adquirido la empresa Atos Medical, líder en el sector de la laringectomía con la que ha reforzado negocio de cuidado crónico.
Josefa Martínez destaca que en el ADN de Coloplast está muy presente la “inclusión” y la “diversidad”. Para ello asegura que el 50% de los trabajadores son mujeres, incluyendo el Comité de Dirección. “Me llena de orgullo decir que en nuestro centro de distribución, dos de cada tres somos mujeres”, asegura Martínez.
“Coloplast tiene en su ADN inclusión y diversidad, el 50% de los empleados somos mujeres”
La directora de distribución de Coloplast en el sur de Europa hace balance del año 2022 y explica los difíciles retos que ha tenido el sector y también la compañía: “Son básicamente tres factores: el coste de la energía, la reducción del suministro de materias primas y la guerra de Ucrania”, explica. Martínez cuenta que la empresa ha tenido durante un “tiempo más largo del que hubiéramos deseado” falta de productos que han contrarrestado con una “diversificación” de compra para tener una cadena de producción lo más fluida posible.
Por último, la directiva de Coloplast ha querido manifestar de forma rotunda el compromiso con la sostenibilidad ambiental de la compañía ya que “es uno de los puntos estratégicos” y uno de los “esfuerzos de inversión y eje fundamental” en años futuros. El objetivo no es otro que la descarbonización de los centros de producción. Para conseguirlo pretender utilizar 100% de energías renovables, el 90% de material empaquetado sea reciclable y que el 75% de los desechos en el proceso productivo también los sean.