La viruela del mono puede provocar en ocasiones complicaciones neurológicas como encefalitis (inflamación del cerebro), confusión o convulsiones, según una nueva revisión de la evidencia dirigida por un investigador de la University College de Londres (UCL), publicada en la revista eClinicalMedicine.
Varios estudios incorporados en la revisión sistemática y el metanálisis de pruebas también descubrieron que los dolores musculares, la fatiga, el dolor de cabeza, la ansiedad y la depresión eran relativamente comunes entre los pacientes con viruela del mono.
En los estudios con pruebas relevantes, entre el 2% y el 3% de los pacientes tuvieron complicaciones graves, como convulsiones o encefalitis, aunque esos estudios incluían principalmente a pacientes hospitalizados de años anteriores. Los investigadores afirman que aún no hay pruebas suficientes para estimar la prevalencia de las complicaciones neurológicas en el brote actual.
"También hay pruebas de que los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, son relativamente comunes en las personas con viruela del mono"
El equipo dirigido por investigadores de la UCL, el Barts Health NHS Trust, el Guy's and St Thomas' NHS Foundation Trust y el King's College de Londres, buscó cualquier estudio que informara de los síntomas neurológicos o psiquiátricos de la viruela del mono que se hubieran notificado hasta mayo de 2022, antes de que el brote se extendiera a nivel mundial.
El autor principal, el doctor Jonathan Rogers, del Instituto de Salud Mental de la UCL, Psiquiatría de la UCL y South London & Maudsley NHS Foundation Trust), explica que descubrieron que las complicaciones neurológicas graves, como la encefalitis y las convulsiones, aunque son raras, "se han visto en suficientes casos de viruela del mono para justificar la preocupación, por lo que nuestro estudio destaca la necesidad de una mayor investigación".
La viruela del mono provoca principalmente lesiones en la piel y fiebre, y puede ser mortal, aunque en el brote actual, bastante menos de uno de cada 1.000 casos confirmados ha resultado mortal. Aunque ha sido endémica en partes de África Central y Occidental durante décadas, con brotes esporádicos en otros lugares, en 2022 ha sido la primera vez que el virus se ha extendido a nivel mundial, lo que ha atraído una mayor atención a una enfermedad infecciosa que antes estaba relativamente olvidada.
La revisión incorporó 19 estudios, con un total de 1.512 participantes (1.031 de los cuales tenían una infección confirmada), en los Estados Unidos, Nigeria, la República Democrática del Congo, la República del Congo y el Reino Unido.
Al agrupar los datos de un subconjunto de estudios con evidencia relevante, los investigadores estimaron que el 2,7% de los pacientes con viruela del mono experimentaron al menos una convulsión, el 2,4% experimentó confusión y el 2% tuvo encefalitis, una grave condición de inflamación cerebral que puede conducir a una discapacidad a largo plazo.
Las pruebas sobre la prevalencia de estos síntomas fueron muy limitadas, ya que la revisión sólo identificó dos casos de convulsiones, cinco de encefalitis y seis de confusión (aunque otras investigaciones preliminares han identificado otros casos), por lo que se necesitan estudios más amplios para determinar mejor la prevalencia. Los investigadores afirman que también es necesario realizar más estudios para determinar cómo puede afectar la viruela del mono al cerebro.
Aunque no pudieron agrupar los datos de los síntomas psicosociales debido a que las pruebas eran incompletas, en algunos estudios al menos la mitad de los pacientes experimentaron al menos una de las mialgias (dolores musculares), fatiga, dolor de cabeza, ansiedad o depresión.
"Sugerimos que los médicos estén atentos a los síntomas psiquiátricos, como la depresión y la ansiedad, y se aseguren de que los pacientes tengan acceso a la atención psicológica y psiquiátrica si la necesitan"
Los investigadores señalan que la viruela del mono puede causar mayores tasas de mala salud mental que otras enfermedades debido a la presencia de lesiones potencialmente desfigurantes, mientras que también puede haber un estigma vinculado a la forma en que la transmisión suele ser por contacto físico o sexual cercano.
Los estudios revisados no tenían suficiente seguimiento a largo plazo de los pacientes para saber si alguno de los síntomas dura mucho más que la fase aguda de la enfermedad. Los investigadores también advierten que la mayoría de los casos de esta revisión eran pacientes hospitalizados, por lo que los síntomas estudiados podrían no ser tan comunes en personas con casos más leves.
El doctor James Badenoch, del Barts Health NHS Trust y coautor del estudio, afirma que, "dado que las pruebas sobre la enfermedad son todavía limitadas, el estudio de los síntomas de la enfermedad es muy importante y como que todavía hay pruebas limitadas sobre los síntomas neurológicos y psiquiátricos en el actual brote de viruela del mono, es necesario establecer una vigilancia coordinada para tales síntomas".