Una variante de riesgo frente al COVID-19 heredada de los neandertales reduce en un 27% el riesgo de que una persona contraiga el VIH, según una nueva investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Algunas personas enferman gravemente cuando se infectan con el SARS-CoV-2, mientras que otras sólo presentan síntomas leves o no presentan ninguno. Además de factores de riesgo como la edad avanzada y las enfermedades crónicas, como la diabetes, nuestra herencia genética también contribuye a nuestro riesgo individual de gravedad del COVID-19.
En otoño de 2020, Hugo Zeberg, del Instituto Karolinska y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (MPI-EVA), en Suecia, y Svante Pääbo, del MPI-EVA, demostraron que heredamos de los neandertales el principal factor de riesgo genético de COVID-19 grave. En la primavera de 2021, el mismo dúo de investigadores estudió esta variante en el ADN humano antiguo y observó que su frecuencia ha aumentado significativamente desde la última edad de hielo.
Nuestra herencia genética también contribuye a nuestro riesgo individual de gravedad del COVID-19
De hecho, se ha vuelto inesperadamente común para una variante genética heredada de los neandertales. De ahí que pueda haber tenido un impacto favorable en sus portadores en el pasado.
"Este importante factor de riesgo genético para la COVID-19 es tan común que empecé a preguntarme si podría ser bueno para algo, como por ejemplo para proporcionar protección contra otra enfermedad infecciosa", señala Hugo Zeberg, autor del nuevo estudio.
El factor de riesgo genético se encuentra en una región del cromosoma 3 que consta de muchos genes. En sus proximidades hay varios genes que codifican receptores del sistema inmunitario. Uno de estos receptores, el CCR5, es utilizado por el virus del VIH para infectar los glóbulos blancos.
Zeberg descubrió que las personas portadoras del factor de riesgo COVID-19 tenían menos receptores CCR5. Esto le llevó a comprobar si también tenían un menor riesgo de infectarse por el VIH.
Analizando los datos de los pacientes de tres grandes biobancos (FinnGen, Biobanco del Reino Unido y la Iniciativa Genómica de Michigan), descubrió que los portadores de la variante de riesgo de COVID-19 tenían un 27% menos de riesgo de contraer el VIH.
"Esto demuestra que una variante genética puede ser tanto una buena como una mala noticia: una mala noticia si una persona contrae COVID-19, una buena noticia porque ofrece protección contra la infección por el VIH", afirma Zeberg.
Sin embargo, dado que el VIH no surgió hasta el siglo XX, la protección contra esta enfermedad infecciosa no puede explicar por qué la variante genética de riesgo de COVID-19 se hizo tan común entre los humanos hace ya 10.000 años.
"Ahora sabemos que esta variante de riesgo para el COVID-19 proporciona protección contra el VIH. Pero probablemente fue una protección contra otra enfermedad que aumentó su frecuencia después de la última edad de hielo", concluye Zeberg.