La Universidad de Ginebra (UNIGE) en Suiza ha revelado que las personas infectadas por Covid-19que habían sido vacunadas han tenido una carga viral infecciosa menor que las personas no vacunadas, según el estudio que se ha publicado en Natural Medicine.
Para ello, se ha analizado las muestras tomadas en el centro de cribado del Hospital Universitario de Ginebra (HUG) y se ha medido la carga viral infecciosa de tres cohortes de pacientes durante los primeros5 días sintomáticos para comparar la carga viral causada por el virus original (118 muestras, primavera de 2020), la variante Delta (293 muestras, otoño de 2021) y la variante Ómicronsublinaje BA.1 (154 muestras, invierno de 2022).
En general, la carga viral infecciosa para la cohorte Delta fue significativamente mayor que la de la cohorte con el virus original. Sin embargo, las personas infectadas por Delta que recibieron dos dosis de la vacuna de ARNm tenían una carga viral infecciosa significativamente menor que las personas no vacunadas.
"Para la cohorte Ómicron, contrariamente a lo que se puede suponer dada su rápida propagación, la carga viral infecciosa fue en general más baja que la de la cohorte Delta", ha comentado la profesora del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de la UNIGE y directora del Centro HUG-UNIGE ,Isabella Eckerle.
"Se debe tener la mayor cautela ante un virus cuya evolución no se conoce del todo, y frente al cual los tratamientos existentes en la actualidad pierden parte de su eficacia"
En cambio, la investigación añade que solo las personas que recibieron un refuerzo tuvieron una disminución de la carga viral. "Esto es inmunológicamente consistente: muchas vacunas requieren tres dosis espaciadas con varios meses de diferencia para inducir una respuesta inmune sostenida, como contra el virus de la Hepatitis B", ha agregado.
En relación a la alta propagación de Ómicron, teniendo en cuenta que su carga viral es menor, la directora clínica del Centro HUG-UNIGE para Enfermedades Emergentes, Pauline Vetter ha sugerido que intervienen otros mecanismos infecciosos. "Ahora está claro que las mutaciones de Ómicron lo diferencian fuertemente de otras variantes, lo que le permite escapar parcialmente de la vacuna y disminuir la efectividad de algunos tratamientos antivirales utilizados hasta ahora", ha manifestado.
El estudio de Ginebra también muestra que los conocimientos adquiridos para las variantes anteriores deben actualizarse cada vez que surge una nueva variante para poder adaptar los medios de lucha contra el COVID-19. "A la vista de nuestros resultados, se debe tener la mayor cautela ante un virus cuya evolución no se conoce del todo, y frente al cual los tratamientos existentes en la actualidad pierden parte de su eficacia", han concluido los autores.