'The Lancet Infectious Diseases' ha publicado el primer estudio de modelización para cuantificar el impacto de las vacunas COVID-19 a escala mundial. También es el primero que evalúa el número de muertes evitadas tanto directa como indirectamente.
Se estima que se evitaron 19,8 millones de los 31,4 millones de muertes potenciales en el primer año tras la introducción de las vacunas (8 de diciembre de 2020 - 8 de diciembre de 2021) basándose en las estimaciones basadas en el exceso de muertes de 185 países y territorios. Asimismo, se podrían haber salvado otras 599.300 vidas si se hubiera cumplido el objetivo de la Organización Mundial de la Salud de vacunar al 40% de la población de cada país con dos o más dosis para finales de 2021.
El doctor Oliver Watson, autor principal del estudio, del Imperial College de Londres, resalta que estos resultados "ofrecen la evaluación más completa hasta la fecha del notable impacto mundial que ha tenido la vacunación en la pandemia de COVID-19. De los casi 20 millones de muertes que se calcula que se han evitado en el primer año tras la introducción de las vacunas, casi 7,5 millones de muertes se evitaron en los países cubiertos por la iniciativa de acceso a la vacuna contra la COVID-19 (COVAX)".
"Si se hubieran alcanzado los objetivos fijados por la OMS, calculamos que se podría haber evitado aproximadamente 1 de cada 5 de las vidas que se calcula que se han perdido a causa de la COVID-19 en los países de bajos ingresos"
"Esta iniciativa se puso en marcha porque desde el principio quedó claro que la equidad de las vacunas a nivel mundial sería la única forma de salir de la pandemia --prosigue--. Nuestros resultados demuestran que probablemente se han salvado millones de vidas al poner las vacunas a disposición de las personas de todo el mundo, independientemente de su riqueza. Sin embargo, se podría haber hecho más. Si se hubieran alcanzado los objetivos fijados por la OMS, calculamos que se podría haber evitado aproximadamente 1 de cada 5 de las vidas quese calcula que se han perdido a causa de la COVID-19 en los países de bajos ingresos".
Desde que se administró la primera vacuna contra la COVID-19 fuera de un entorno de ensayo clínico, el 8 de diciembre de 2020, casi dos tercios de la población mundial han recibido al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 (66%). La iniciativa de acceso a la vacuna COVID-19 (COVAX) ha facilitado el acceso a vacunas asequibles a los países de menores ingresos para tratar de reducir las desigualdades, con el objetivo inicial de administrar dos dosis de la vacuna al 20% de la población en los países cubiertos por el compromiso para finales de 2021.
La Organización Mundial de la Salud amplió este objetivo estableciendo una estrategia global para vacunar completamente al 70% de la población mundial para mediados de 2022, con un objetivo intermedio de vacunar al 40% de la población de todos los países para finales de 2021. A pesar de la increíble velocidad de la implantación de la vacuna en todo el mundo, se han registrado más de 3,5 millones de muertes por COVID-19 desde que se administró la primera vacuna en diciembre de 2020.
Más de las tres cuartas partes de las muertes evitadas se debieron a la protección directa contra los síntomas graves proporcionada por la vacunación, lo que condujo a una reducción de las tasas de mortalidad
Para estimar el impacto de los programas de vacunación global, los investigadores utilizaron un modelo establecido de transmisión de COVID-19 utilizando datos a nivel de país para las muertes registradas oficialmente por COVID-19 que ocurrieron entre el 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2021.
El equipo descubrió que, basándose en las muertes registradas oficialmente por la COVID-19, se estima que se habrían producido 18,1 millones de muertes durante el periodo de estudio si no se hubiera aplicado la vacunación. De ellas, el modelo estima que la vacunación ha evitado 14,4 millones de muertes, lo que representa una reducción global del 79%. Estos resultados no tienen en cuenta la infradeclaración de las muertes por COVID-19, que es habitual en los países de menor renta. El equipo realizó un análisis adicional basado en el exceso de muertes totales durante el mismo periodo de tiempo para tener en cuenta este hecho. Descubrieron que la vacunación contra la COVID-19 evitó unos 19,8 millones de muertes de un total de 31,4 millones de muertes potenciales que se habrían producido sin la vacunación, lo que supone una reducción del 63%.
Más de las tres cuartas partes (79%, 15,5 millones/ 19,8 millones) de las muertes evitadas se debieron a la protección directa contra los síntomas graves proporcionada por la vacunación, lo que condujo a una reducción de las tasas de mortalidad. Se estima que los 4,3 millones de muertes evitadas se debieron a la protección indirecta por la reducción de la transmisión del virus en la población y la reducción de la carga en los sistemas sanitarios, mejorando así el acceso a la atención médica para los más necesitados.
El incumplimiento del objetivo de la OMS de vacunar plenamente al 40% de la población de cada país para finales de 2021 ha contribuido a que se produzcan otras 599.300 muertes en todo el mundo que podrían haberse evitado
Según el estudio, el impacto de la vacuna cambió con el tiempo y en diferentes zonas del mundo a medida que avanzaba la pandemia. En la primera mitad de 2021, el mayor número de muertes evitadas por la vacunación se observó en los países de ingresos medios bajos, como resultado de la importante oleada epidémica en la India cuando surgió la variante Delta. Posteriormente, el mayor impacto se concentró en los países de ingresos más altos en la segunda mitad de 2021, ya que las restricciones a los viajes y la mezcla social se relajaron en algunas zonas, lo que dio lugar a una mayor transmisión del virus.
En general, el número estimado de muertes evitadas por persona fue mayor en los países de ingresos altos, lo que refleja el despliegue más temprano y más amplio de las campañas de vacunación en estas áreas (66 muertes evitadas por cada 10.000 personas en los países de ingresos altos frente a 2.711 muertes evitadas por cada 10.000 personas en los países de ingresos bajos). Los países de renta alta y media-alta fueron los que más muertes evitaron (12,2 millones/ 19,8 millones), lo que pone de manifiesto las desigualdades en el acceso a las vacunas en todo el mundo.
Para los 83países incluidos en el análisis que están cubiertos por el compromiso COVAX de vacunas asequibles, se estima que se evitaron 7,4 millones de muertes de un potencial de 17,9 millones (41%). Sin embargo, se estima que el incumplimiento del objetivo de COVAX de vacunar al 20% de la población en algunos países ha provocado 156.900 muertes adicionales. Aunque esta cifra representa una pequeña proporción del total de muertes en el mundo, estas muertes evitables se concentraron en 31 naciones africanas, donde se podrían haber evitado 132.700 muertes si se hubiera cumplido el objetivo.
El número estimado de muertes evitadas por persona fue mayor en los países de ingresos altos, lo que refleja el despliegue más temprano y más amplio de las campañas de vacunación en estas áreas
Del mismo modo, se estima que el incumplimiento del objetivo de la OMS de vacunar plenamente al 40% de la población de cada país para finales de 2021 ha contribuido a que se produzcan otras 599.300 muertes en todo el mundo que podrían haberse evitado. La mayoría de estas muertes se produjeron en países de renta media-baja (347.500/599.300 [59,7%]).
A nivel regional, la mayoría de estas muertes se concentraron en las regiones de África y el Mediterráneo oriental (348.900/599.300 [58,2%] y 126.800/599.300 [21,2%] respectivamente). Si se hubiera alcanzado el objetivo del 40% en todos los países de renta baja, el número de muertes evitadas por la vacunación en estas zonas se habría duplicado con creces (200.000 muertes adicionales evitadas además de las 180.300 que se calcula que se habrían evitado con las tasas de vacunación actuales).
Los autores señalan varias limitaciones en sus conclusiones por lo que, en términos más generales, los resultados del estudio deben considerarse en el contexto de la incertidumbre a la hora de calcular el verdadero número de muertes de la pandemia debido a la diferencia en la notificación de la mortalidad por COVID-19 en cada país.