Un estudio desarrollado por investigadores del Instituto Biotecmed de la Universitat de València (UV), el CIBER de Salud Mental (Cibersam) y la Fundación para la Investigación del Hospital Clínico de la Comunitat Valenciana (Incliva), revela que un único evento muy estresante puede alterar a largo plazo las neuronas inhibidoras (un tipo de célula nerviosa con un papel muy importante en la regulación del funcionamiento de los circuitos neuronales) de la amígdala cerebral.
Esta investigación, publicada en la revista Progress in Neuropsychopharmacology & Biological Psychiatry, ha analizado por primera vez en ratones los efectos a largo plazo de un episodio de estrés intenso sobre la amígdala cerebral, una estructura situada en la parte interna del cerebro que se encarga principalmente de la formación y almacenamiento de memorias asociadas a sucesos emocionales.
"El estudio de estos efectos es particularmente interesante porque existe amplia evidencia sobre el papel destacado del complejo basolateral de la amígdala en la adquisición del condicionamiento del miedo y la respuesta al estrés" explica Juan Nácher
El catedrático de Biología Celular de la UV y coordinador del estudio, Juan Nácher, explica que "el estudio de estos efectos es particularmente interesante porque existe amplia evidencia sobre el papel destacado del complejo basolateral de la amígdala en la adquisición del condicionamiento del miedo y la respuesta al estrés".
TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS
El también investigador del Cibersam añade, en un comunicado, que la amígdala basolateral "juega un papel crítico en los trastornos psiquiátricos y es extremadamente sensible al estrés".
El personal científico se fijó en el impacto del estrés sobre distintas poblaciones de neuronas del complejo basolateral de los cerebros de los ratones y provocó un importante impacto en la densidad, estructura y conectividad de las células que expresan parvalbúmina (PV+).
Estas neuronas inhibidoras parecen estar especialmente involucradas en la etiopatología de diferentes trastornos psiquiátricos, incluido el trastorno de ansiedad generalizada, la depresión y el síndrome del estrés postraumático. "Nuestros resultados revelan importantes efectos a largo plazo de un solo evento estresante en los circuitos inhibitorios de la amígdala basolateral, especialmente en aquellos que involucran a las neuronas PV+ y su plasticidad", señala el equipo investigador.
Además, el uso de ratones transgénicos en este estudio también permitió observar que estos efectos a largo plazo del estrés intenso "tienen un impacto distinto según si las neuronas inhibidoras están implicadas en circuitos que promueven o inhiben la respuesta al miedo", según la investigación. Por otra parte, también apuntaron efectos diferenciados según el sexo, siendo especialmente relevantes en ratones hembra, apuntan.