La Unión Europea ha aprobado este viernes unas conclusiones en las que se comprometen a reforzar el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en medio de la pandemia ha sido objeto de ataques de actores internacionales como Estados Unidos, y señalan una serie de reformas para mejorar su funcionamiento.
En las conclusiones aprobadas en el Consejo de la UE, los veintisiete han defendido el "papel central" de la organización como "autoridad de liderazgo y coordinación" para abordar desafíos sanitarios globales y se conjuran para reforzar a la propia OMS, en particular para aumentar su capacidad de preparación y respuesta ante emergencias de salud.
"Durante muchas pandemias las expectativas sobre la OMS a menudo han superado sus recursos y su capacidad para apoyar a sus Estados miembros en el desarrollo de sistemas de salud fuertes y resilientes", han valorado los estados miembros, entendiendo que hay una serie de aspectos en los que el organismo debe reforzarse.
RECOMIENDAN MÁS CLARIDAD Y DISTINTOS NIVELES DE ALERTA
Por ello, sugieren la revisión del sistema de declaración de alerta para que permita distintos niveles diferenciados de alertas. También pide una distinción entre las restricciones de viaje y comerciales bajo las regulaciones internacionales sanitarias para evitar "prejuicio innecesario" a las económicas.
Sugieren la revisión del sistema de declaración de alerta para que permita distintos niveles diferenciados de alertas
Igualmente plantean la posibilidad de una evaluación epidemiológica independiente en zonas de alto riesgo, en colaboración siempre con las autoridades de dichas zonas. Y recomiendan que aumente la transparencia en el cumplimiento nacional con las regulaciones internacionales sanitarias.
Estas recomendaciones van en línea con la idea de la UE de "dar claridad" a la institución y sacar un aprendizaje de la situación vivida con el coronavirus. En el contexto de la pandemia, la OMS ha estado bajo las críticas constantes de potencias como Estados Unidos, que directamente decidió retirar su aportación a la organización, a la que acusa de beneficiar a China.
La UE ha expresado su defensa a ultranza de la institución durante la crisis y se ofreció a buscar formas de financiación para rellenar el hueco dejado por Estados Unidos. Sin embargo, ha señalado que la organización debe afrontar una serie de reformas para mejorar su funcionamiento y ser más independiente.