Estar tumbado boca abajo para mejorar resultados, difícil para muchos pacientes con Covid-19

El tiempo medio pasado en posición prona durante las primeras 72 horas fue de unas 2,5 horas al día en el brazo de la posición prona, en comparación con 0 horas al día en el brazo de control

Paciente de Covid-19 atendido en el hospital por personal sanitario (Foto: ATS Archivo)
24 marzo 2022 | 11:15 h
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Permanecer acostado boca abajo se considera que mejora los resultados de los pacientes en cuidados intensivos con COVID-19, pero un ensayo publicado por 'The BMJ' sugiere que muchos pacientes atendidos en salas de hospital con COVID-19 no pueden permanecer en posición prona el tiempo suficiente para beneficiarse.

El ensayo (COVID-PRONE) se interrumpió antes de tiempo cuando quedó claro que no se conseguirían mejoras suficientes, y los investigadores afirman que se necesitan enfoques innovadores para animar a los pacientes a adoptar la posición prona durante más de unas horas al día.

Desde la década de 1970, la posición prona ha sido el tratamiento estándar para los pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda grave, ya que favorece la expansión de una parte mayor del pulmón, de modo que los pacientes pueden respirar más profundamente.

Por lo general, se realiza para pacientes en estado crítico que están sedados e intubados, pero en febrero de 2020 surgieron informes que indicaban que la colocación en decúbito prono de pacientes despiertos con COVID-19 también podía ser beneficiosa y se adoptó de forma generalizada. Desde entonces, varios estudios han examinado su eficacia en pacientes despiertos, pero los resultados han sido contradictorios.

El tiempo medio pasado en posición prona durante las primeras 72 horas fue de unas 2,5 horas al día en el brazo de la posición prona, en comparación con 0 horas al día en el brazo de control

Para intentar resolver esta incertidumbre, un equipo de investigadores canadienses y estadounidenses se propuso evaluar la eficacia de la posición prona para reducir el riesgo de muerte o de insuficiencia respiratoria en los pacientes ingresados en el hospital con COVID-19.

Sus hallazgos se basan en 248 pacientes despiertos con COVID-19 ingresados en 15 hospitales de Canadá y Estados Unidos desde mayo de 2020 hasta mayo de 2021. Estos pacientes no estaban en estado crítico pero necesitaban oxígeno suplementario. Su edad media era de 56 años y el 36% eran mujeres.

Los pacientes fueron asignados aleatoriamente a la posición de decúbito prono o a la atención estándar (sin instrucciones para adoptar la posición prona). A los pacientes del brazo prono se les aconsejó que adoptaran la posición prona hasta dos horas cuatro veces al día, y se les animó a dormir en posición prona por la noche hasta siete días, con repetidos esfuerzos por parte del personal para intentar mejorar el cumplimiento.

RIESGO DE MUERTE, VENTILACIÓN MECÁNICA O EMPEORAMIENTO SIMILAR EN AMBOS GRUPOS

Los resultados muestran que el tiempo medio pasado en posición prona durante las primeras 72 horas fue de unas 2,5 horas al día en el brazo de la posición prona, en comparación con 0 horas al día en el brazo de control. La incomodidad fue la principal razón que señalaron los pacientes para su baja adherencia a la posición prona.

Tras tener en cuenta otros factores potencialmente influyentes, el riesgo de muerte, ventilación mecánica o empeoramiento de la insuficiencia respiratoria fue similar entre el grupo de prono (18 eventos) y el grupo de atención estándar (17 eventos).

La diferencia en la relación entre la saturación de oxígeno y la fracción de oxígeno inspirado (una indicación de lo bien que los pulmones transfieren el oxígeno a la sangre) después de 72 horas también fue similar entre los dos grupos.

Se trata de un ensayo bien diseñado que evaluó tanto los resultados clínicos como los fisiológicos, y los resultados reflejan la eficacia de las intervenciones en el mundo real para fomentar la posición prona en entornos sanitarios similares, explican los autores.

Sin embargo, reconocen algunas limitaciones, la más importante de las cuales es el escaso cumplimiento del tiempo de decúbito prono, lo que, según afirman, "pone de manifiesto que en general no se tolera bien y que se necesitan enfoques innovadores para mejorar el cumplimiento".

ESTUDIOS FUTUROS

Y aunque no pueden descartar definitivamente el beneficio o el daño, resaltan que sus resultados confirman que "simplemente instruir a los pacientes para que se acuesten en posición prona y proporcionarles recordatorios es insuficiente para que la mayoría de los pacientes pasen un período prolongado en la posición prona". Concluyen que se necesitan estudios futuros para determinar si una mayor cantidad de tiempo en la posición prona se asocia con un beneficio clínico.

Este nuevo ensayo, junto con otros anteriores, "demuestra que tanto la duración como el momento de la posición prona despierta son determinantes de su eficacia en los pacientes con COVID-19", afirman los investigadores británicos en un editorial vinculado.

"Los estudios futuros deben centrarse en encontrar los medios óptimos para mantener la posición prona despierta en el cuidado de la COVID-19 grave, probablemente en fase tardía", añaden, mientras que la participación de los pacientes y del público "será crucial para garantizar que se preste la debida atención a la comodidad y la aceptabilidad en el diseño y la evaluación de las intervenciones complejas para permitir la posición prona despierta".

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