La mayoría de las enfermedades autoinmunes son fáciles de diagnosticar pero difíciles de tratar. Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, propone utilizar la 'huella' dactilar única de las células inmunitarias para identificar rápidamente qué tratamientos funcionarán para su enfermedad autoinmune.
"Analizamos el perfil genómico de más de un millón de células de 1.000 personas para identificar una huella dactilar que vincule los marcadores genéticos con enfermedades como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, el lupus, la diabetes de tipo 1, la espondilitis, la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Crohn --explica el profesor Joseph Powell, del Instituto Garvan de Investigación Médica y coautor principal, en Australia--. Pudimos hacerlo utilizando la secuenciación de células individuales, una nueva tecnología que nos permite detectar cambios sutiles en células individuales", afirma.
El descubrimiento podría ayudar a las personas a encontrar tratamientos a medida que les funcionen y guiar el desarrollo de nuevos fármacos.
El estudio, realizado por investigadores de Sidney, Hobart, Melbourne, Brisbane y San Francisco, ayuda a entender por qué algunos tratamientos funcionan bien en algunos pacientes, pero no en otros. Es el mayor estudio realizado hasta la fecha para relacionar los genes causantes de la enfermedad con tipos específicos de células inmunitarias.
Ahora se está llevando a cabo un ensayo en Sídney con pacientes de la enfermedad de Crohn para predecir qué tratamientos funcionarán en determinados pacientes.
"Algunas enfermedades autoinmunes son muy difíciles de tratar --asegura el profesor Powell-- Debido a la complejidad de nuestro sistema inmunitario y a su enorme variación entre individuos, actualmente no sabemos bien por qué un tratamiento funciona bien en algunas personas y no en otras".
El estudio relaciona genes específicos y tipos de células inmunitarias con la enfermedad de un individuo, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal, la diabetes de tipo 1 y la enfermedad de Crohn.
El sistema inmunitario del cuerpo está diseñado para luchar contra las amenazas externas, pero las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmunitario apunta a nuestras propias células sanas
Esto significa que el perfil genético único de un individuo podría utilizarse para administrar tratamientos adaptados para controlar con precisión su sistema inmunitario.
"Nuestros datos también ofrecen una nueva vía para reducir las posibles dianas farmacológicas. Las posibles repercusiones sanitarias y económicas de esta investigación son enormes", subraya el profesor Alex Hewitt, coautor principal e investigador clínico del Instituto Menzies de Investigación Médica de la Universidad de Tasmania.
"La mayoría de las enfermedades genéticas raras son como un gran accidente de tráfico en el cuerpo: suelen ser fáciles de identificar y localizar en qué parte del genoma se producen. Sin embargo, las enfermedades inmunitarias suelen ser más parecidas a los atascos de tráfico, en los que los cambios genéticos que los detienen son más difíciles de localizar específicamente. Este estudio nos ha ayudado a identificar los puntos problemáticos", afirma el profesor Hewitt.
"Lo más importante de este trabajo será la identificación de objetivos terapéuticos y la definición de subpoblaciones de enfermedades inmunitarias, lo que permitirá perfeccionar los ensayos clínicos para evaluar la eficacia de los fármacos", añade.
El sistema inmunitario del cuerpo está diseñado para luchar contra las amenazas externas, pero las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmunitario apunta a nuestras propias células sanas. Afectan a uno de cada 12 australianos, son incurables y requieren tratamientos de por vida para minimizar los daños. A menudo, los pacientes prueban muchos tratamientos diferentes antes de encontrar uno que les funcione.
"Algunos medicamentos pueden ser muy eficaces solo en el 15% de los pacientes, por lo que no se recomiendan como tratamiento de primera línea --afirma el doctor Seyhan Yazar, coprimer autor del estudio--.
Ahora tenemos una forma de relacionar la respuesta al tratamiento con la genética inmunitaria del individuo y de detectar ese 15% de pacientes antes de que el médico les administre el tratamiento".
"Nuestros datos también ofrecen una nueva vía para reducir las posibles dianas farmacológicas. Las posibles repercusiones sanitarias y económicas de esta investigación son enormes"
Los investigadores resaltan que sus datos podrían reducir los riesgos asociados al desarrollo de nuevos tratamientos. "Las compañías farmacéuticas pueden tener cientos de objetivos y tienen que tomar decisiones sobre cuáles llevarán a la fase I de los ensayos clínicos, sabiendo que el 90% de los posibles candidatos a fármacos fracasan durante el desarrollo clínico --apunta José Alquicira-Hernández, coautor e investigador del Instituto Garvan--. Entender qué tipos de células son relevantes para una enfermedad concreta es clave para desarrollar nuevos fármacos".
El estudio proporciona una visión única al observar los genes de las células inmunitarias individuales a una escala sin precedentes. Se ha analizado la genómica de más de un millón de células inmunitarias individuales de unos 1.000 individuos sanos, explorando 14 tipos diferentes de células inmunitarias en total.
Este enfoque individual ofrece una imagen mucho más clara que los estudios anteriores, que analizaban células combinadas en una muestra de sangre.
"El problema de los análisis de ARN a gran escala es que solo se observa una señal media. Pero hay una gran variación en las funciones y tipos de células que permiten al cuerpo defenderse de los ataques -- explica el doctor Yazar--. El análisis medio no refleja lo que ocurre en toda la variedad de células inmunitarias".
Los hallazgos han dado lugar a ensayos clínicos. "Estamos trabajando en un estudio sobre la enfermedad de Crohn en colaboración con el Hospital St. George, que determinará cómo el genotipo inmunitario de un paciente afecta a su respuesta a diferentes tratamientos, y estamos tratando de establecer nuevos ensayos en una serie de enfermedades autoinmunes", anuncia el profesor Powell.
"Se trata de un hito importante del estudio pionero OneK1K de Garvan, cuyo objetivo es demostrar cómo la genética contribuye al riesgo de padecer una enfermedad inmunitaria a nivel celular", resalta.