Investigadores de la Universidad George Washington, en Estados Unidos, han publicado en la revista 'JAMA Network Open' los resultados del mayor estudio de cohortes del mundo que muestra que los pacientes hospitalizados con COVID-19 moderado a los que se les administró 'Aspirina' al principio de su tratamiento tenían un menor riesgo de morir en comparación con los pacientes a los que no se les administró.
El investigador principal, Jonathan Chow, explica que se trata de su tercer estudio y la culminación de 15 meses de trabajo en los que se ha analizado el uso de la 'Aspirina' en los pacientes hospitalizados con COVID-19.
"Seguimos comprobando que el uso de la 'Aspirina' se asocia a una mejora de los resultados y a una menor tasa de mortalidad en los pacientes hospitalizados. Además, es de bajo coste y de fácil acceso, lo que es importante en partes del mundo donde los tratamientos más caros pueden no ser tan accesibles", añade.
El estudio utilizó el mayor conjunto de datos de 112.269 pacientes hospitalizados con COVID-19 moderada.
Los datos incluyeron pacientes inscritos desde el 1 de enero de 2020 hasta el 10 de septiembre de 2021, en 64 sistemas de salud de los Estados Unidos que participan en la Colaboración Nacional de Cohortes de COVID (N3C) del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Los investigadores descubrieron una reducción del 1,6% en la mortalidad cuando se administraba aspirina durante el primer día de hospitalización en pacientes con una gravedad moderada de la enfermedad y que los pacientes eran menos propensos a formar coágulos. También descubrieron que los pacientes de edad avanzada y los que tienen una o más comorbilidades se benefician especialmente de un tratamiento temprano con 'Aspirina'.
Keith Crandall, Director del Instituto de Biología Computacional (CBI) de la Universidad George Washington, la organización que ayudó a reunir e introducir los datos en la base de datos de los NIH, destaca que "esta investigación es vital para proporcionar a los médicos y a los pacientes tratamientos eficaces y accesibles contra la COVID-19 para ayudar a reducir las tasas de mortalidad en el hospital y ayudar a las personas a recuperarse de esta enfermedad potencialmente devastadora".
Chow y su equipo se han centrado en este tema desde el comienzo de la pandemia. Su primer estudio se publicó en abril de 2021 y el segundo en noviembre del mismo año.