Un estudio de la Universidad de Navarra concluye que las pruebas rápidas para la detección de SARS-CoV-2 (los conocidos como test de antígenos) son menos eficaces cuando se realizan en población asintomática y, por tanto, no son pruebas útiles para realizar cribados masivos.
El estudio, dirigido por el doctor responsable del Área Covid de la Universidad de Navarra, Alejandro Fernández Montero, y publicado en la revista EClinicalMedicine, destaca que la prueba rápida de antígenos es una herramienta útil cuando se realiza en población con síntomas y se interpreta de manera adecuada, pero en las poblaciones de bajo riesgo la proporción de falsos negativos es más alta y por tanto un resultado negativo no descarta la infección por Covid.
Cuando se lleva a cabo en pacientes sintomáticos la prueba de antígenos ha demostrado tener una alta sensibilidad y especificidad, cumpliendo los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El estudio también ha comprobado que la sensibilidad de la prueba de antígenos (la capacidad para detectar individuos infectados) está directamente relacionada con la carga viral en el organismo. La prueba es capaz de detectar cargas virales altas, pero no de detectar las cargas virales más bajas, que pueden corresponder con el inicio o con el final de la infección por coronavirus.
Casi el 29% de los positivos no fueron identificados por el test rápido
Un total de 2.543 personas, entre empleados y alumnos de la Universidad de Navarra, participaron en el estudio que se desarrolló entre los meses de noviembre de 2020 y enero de 2021. El objetivo era validar las pruebas rápidas de antígeno de Covid-19 comparándolas con las pruebas PCR, realizadas dentro del programa de cribado que se llevó a cabo en el centro académico. El único criterio de exclusión fue la presencia de síntomas compatibles con Covid-19 (fiebre, tos persistente o dificultad para respirar). No se excluyó a personas con síntomas inespecíficos o a los contactos estrechos. De hecho, los investigadores dividieron a la población en participantes de bajo riesgo (asintomáticos) y participantes de mayor riesgo (contactos o síntomas leves) analizando como se comportaba la prueba rápida en cada grupo.
A cada participante se le tomaron dos muestras y se le realizaron las dos pruebas, PCR y test de antígenos. Los resultados de las pruebas PCR arrojaron un porcentaje de positividad del 1,93%: 49 casos positivos, de los cuales 35 fueron detectados también por el test rápido de antígenos y 14 no lo fueron. Esto implica que casi el 29% de los positivos no fueron identificados por el test rápido (sensibilidad igual a 71,43%). Este porcentaje de falsos negativos todavía se incrementó más, hasta un 47%, en caso de participantes de bajo riesgo y asintomáticos. La sensibilidad del test disminuyó hasta el 53,33%.
El doctor Alejandro Fernández-Montero indica que "el problema es que en estos casos positivos que se quedan sin diagnosticar por el test de antígenos, no sabemos si son casos en los que ya están eliminando la infección y por lo tanto no contagian, o la persona se encuentra al comienzo de la enfermedad y en un periodo breve de tiempo tendrá una capacidad muy alta de contagio".
La Universidad de Navarra ha apuntado que los resultados del estudio refuerzan las recomendaciones actuales de la OMS de que la validez y la sensibilidad de estas pruebas rápidas deben evaluarse mejor y por tanto actualmente no se recomiendan para el diagnóstico de infección por coronavirus en poblaciones asintomáticas. Los investigadores abogan por mejorar los cribados con test de antígenos mediante el uso de cuestionarios clínicos para seleccionar a los participantes de mayor riesgo, la confirmación de los resultados negativos con PCR o el uso de pruebas rápidas secuenciales repetitivas.