Sueldos bajos y una alta temporalidad. Ese es el perfil de los profesionales adscritos a la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), una radiografía que muestra las condiciones laborales en las que trabajan los epidemiólogos de nuestro país.
Estos y otros datos son el resultado de una encuesta llevada a cabo por el Grupo de Trabajo sobre Formación y Empleabilidad de la SEE en la que participaron 154 personas que trabajan en diferentes ámbitos de la epidemiología y la salud pública. El objetivo del estudio, que se llevó a cabo antes de la pandemia, era conocer las características de la fuerza laboral de los profesionales de la salud pública, especialmente en materia de salarios y temporalidad.
El objetivo del estudio, que se llevó a cabo antes de la pandemia, era conocer las características de la fuerza laboral de los profesionales de la salud pública, especialmente en materia de salarios y temporalidad
A través de las respuestas de los encuestados -91 mujeres y 63 hombres- se llegó a la conclusión de que una menor edad y un menor número de años de experiencia son factores significativamente asociados a tener un peor sueldo y una alta temporalidad laboral. La edad media de los participantes en el estudio fue de 42,6 años. De ellos, un 31,9% declararon que su salario se situaba entre los 1.200 y los 2.000 euros, mientras que un 13,3% reconoció cobrar menos de 1.200 euros. El 54,5% señaló que su salario era de más de 2.000 euros, coincidiendo este dato con los encuestados de mayor edad.
Es posible que esta situación se deba a la crisis económica vivida hace unos años, ya que trajo consigo una importante reducción de los salarios. De hecho, la remuneración del personal sanitario se redujo, según un estudio, de 29.361 a 26.133 millones de euros en el periodo 2009-2013. Otra posible explicación a estas cifras es que, dado que el 43,2% de los encuestados no tiene un doctorado y el 28% tiene menos de cinco años de experiencia, los salarios más bajos correspondan a becarios predoctorales, MIR, o becarios cuyos sueldos son inferiores a 2.000 euros. Y es que, pese a que más de la mitad de los encuestados (54,54%) tiene más de diez años de experiencia en epidemiología o salud pública, un 25,97% declara tener cinco o menos años de bagaje.
La disparidad de salarios entre los asociados a la SEE también puede deberse a sus diferentes disciplinas de formación de grado. Así lo constató, en el año 2011, un estudio realizado por MJ López en el que se llegó a la conclusión de que, entre los menores de 35 años, existía un menor porcentaje de personas que habían estudiado medicina (27%).
ALTA TEMPORALIDAD ENTRE LOS MÁS JÓVENES
Del total de los encuestados, la mayoría (un 64,9%) declaró encontrarse en una situación laboral de alta temporalidad, frente a los que señalaron tener un puesto estable (31,2%). Una pequeña minoría (3,9%), respondió no tener empleo en el momento de realizarse el estudio. En cuanto al tipo de contrato, el 93,4% tiene un contrato a tiempo completo, mientras que sólo un 6,6% lo tiene a tiempo parcial.
En este sentido, cabe señalar que la inestabilidad laboral parece ser algo habitual entre los profesionales de la salud pública. El motivo de esta situación podría radicar, según la Sociedad Española de Epidemiología, en los cambios legislativos sobre los tipos de contratos del personal docente e investigador en España desde la Ley Orgánica de Universidades (LOU, 2001) y su posterior reforma (LOMLOU, 2007). Estos, dicen, "pueden haber propiciado cierta inseguridad laboral en los procesos de estabilización y promoción del personal docente e investigador".
Desde la SEE recuerdan que, en los últimos años, se ha trabajado por el plan de igualdad de oportunidades por edad, género y formación
Mediante este estudio, la Sociedad Española de Epidemiología espera que las instituciones en las que trabajan estos profesionales tomen partido para intentar cambiar la situación. En este sentido, desde la SEE recuerdan que, en los últimos años, se ha trabajado por el plan de igualdad de oportunidades por edad, género y formación.
En cuanto a las medidas que deberían tomarse, la institución propone que la estabilización y el salario se centren más en las competencias de práctica de salud pública que en las disciplinas centrales de los profesionales. “Este trabajo resulta de vital importancia porque puede ayudarnos a reflexionar sobre si la mejora de las condiciones laborales de nuestros epidemiólogos podría ayudar a manejar mejor las crisis de salud pública como la que estamos viviendo con la pandemia de la Covid-19”, concluyen.