Las mujeres embarazadas infectadas por el virus que causa la COVID-19 tienen más probabilidades de sufrir partos prematuros, preeclampsia y otros problemas neonatales que las mujeres no infectadas. Un equipo de científicos de la Universidad de Yale (Estados Unidos) decidió investigar si el virus podía estar afectando al tejido de la placenta de las embarazadas infectadas.
Su análisis, publicado en la revista 'Med', descubrió que, aunque las pruebas del virus en la placenta son raras, la placenta de las madres infectadas tendía a mostrar un nivel de actividad del sistema inmunitario mucho mayor que las de las embarazadas no infectadas.
El equipo de investigación analizó la sangre y el tejido de la placenta de 39 mujeres embarazadas infectadas y libres de COVID-19 en distintas fases del embarazo
"La buena noticia es que la placenta monta una defensa robusta contra una infección que está lejos, en los pulmones o en el tejido nasal. Por otro lado, el alto nivel de actividad del sistema inmunitario podría estar provocando otros efectos deletéreos en el embarazo", explica uno de los líderes del trabajo, Shelli Farhadian.
El equipo de investigación analizó la sangre y el tejido de la placenta de 39 mujeres embarazadas infectadas y libres de COVID-19 en distintas fases del embarazo. Aunque solo encontraron indicios del virus en dos muestras de tejido placentario, sí hallaron receptores ACE2 -que el virus SARS-CoV-2 utiliza para entrar en las células- en las placentas de la mayoría de las mujeres durante el primer trimestre del embarazo. Esos receptores habían desaparecido en gran medida en las mujeres sanas en etapas posteriores del embarazo.
"Es muy importante vigilar de cerca a las futuras madres que se infectan al principio del embarazo", apunta Farhadian. La actividad del sistema inmunitario en la placenta durante infecciones como la de la COVID-19 no se ha estudiado ampliamente y no se sabe si otros tipos de infecciones se comportarían de forma similar al SARS-CoV-2.