Un nuevo estudio ha descubierto que los niños mayores y los que tienen marcadores sanguíneos de inflamación (ferritina) elevados corren el mayor riesgo de padecer un síndrome inflamatorio multisistémico grave en los niños (MIS-C) y de ingresar en la unidad de cuidados intensivos (UCI), según publican los investigadores en CMAJ (Canadian Medical Association Journal).
En el estudio internacional participaron 232 niños menores de 18 años ingresados en uno de los 15 centros, 13 en Canadá, uno en Costa Rica y uno en Irán, por sospecha de SMI-C entre el 1 de marzo de 2020 y el 7 de marzo de 2021.
Los pacientes cumplían la definición de la Organización Mundial de la Salud para la SMI-C, que incluye fiebre persistente durante al menos 3 días; proteína C reactiva elevada, que indica inflamación; enfermedad que afecta ados o más sistemas sin causa microbiana evidente de inflamación; y positividad para COVID-19 o sospecha de contacto con un caso positivo.
La mayoría de los pacientes (89%) presentaban síntomas gastrointestinales, como dolor, y problemas dermatológicos, como erupciones e hinchazón (85%). La afectación cardíaca era frecuente (59%), al igual que las anomalías en la coagulación sanguínea (90%). De los 232 niños, 73 (31,5%) fueron ingresados en la UCI, y 47 (64%) de ellos necesitaron tratamiento por presión arterial muy baja.
"La mayoría de estos niños carecían de antecedentes de contacto con una persona con infección probada por el SARS-CoV-2"
El riesgo de ingreso en la UCI fue mayor en los niños de 6 a 12 años (44%) y de 13 a 17 años (46%) que en los de 0 a 5 años (18%). Además, los niños ingresados en el hospital más tarde en la pandemia (entre noviembre de 2020 y marzo de 2021) tenían más probabilidades de ser ingresados en la UCI (50 de 112, 45%) que los hospitalizados antes (23 de 120, 19%).
Los autores señalan las dificultades para diagnosticar el SMI-C. "El síndrome inflamatorio multisistémico en niños es un diagnóstico nuevo, con criterios de diagnóstico diferentes que no han sido validados", escribe la doctora Joan Robinson, pediatra de la Universidad de Alberta (Canadá).
"La mayoría de estos niños carecían deantecedentes de contacto con una persona con infección probada por el SARS-CoV-2. Identificar la exposición puede ser difícil, ya que los contactos infectados pueden ser asintomáticos o no haberse sometido nunca a las pruebas".
Los autores piden un consenso internacional sobre los criterios de diagnóstico del SRAG-CoV para mejorar la atención clínica y la investigación.