La salud mental se ve claramente afectada en situaciones tan traumáticas como las que se viven en un conflicto bélico, como el que se está viviendo ahora en Ucrania, dejando huella y repercutiendo en el bienestar de la población durante los próximos años.
El presidente de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, Nel González Zapico, advierte de que "los conflictos bélicos son letales para la salud mental de las personas", ya que las consecuencias de la guerra se prolongan mucho más allá del día en que terminan, "porque dejan huella no solo en la estructura social y económica de un país, sino en la salud mental de las personas que la sufren, y que eso puede tener repercusiones muy importantes en el bienestar de la población a medio-largo plazo".
Por ello, la Confederación ha creado un documento de posicionamiento sobre conflictos bélicos y salud mental donde recuerda que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 10% de las personas que viven experiencias traumáticas suelen sufrir graves problemas de salud mental.
Asimismo, recuerda que las personas refugiadas, desplazadas internas y migrantes están expuestas a sufrir múltiples vulneraciones de sus derechos y de su dignidad. Un estudio publicado en el British Medical Journal conecta un mayor riesgo de desarrollar síntomas psicóticos con el trauma de abandonar su país, sumado a las experiencias adversas vividas tras la huida (racismo, detenciones, desempleo, exclusión social, vulneraciones en los campos de refugiados...).
A todo ello hay que sumar el hecho de que la "exposición a las escenas de guerra, hostilidad e historia de trauma previas al conflicto" está relacionada con el desarrollo del trastorno por estrés postraumático, según expone un documento de la Universitat Autónoma de Barcelona.
SALUD MENTAL ESPAÑA incide en la necesidad de formación específica en salud mental del personal que realiza el traslado o evacuación de las personas con problemas de salud mental a zonas seguras. Ya que "las personas con problemas de salud mental en situaciones de conflicto no pueden acceder al apoyo psicosocial o al tratamiento farmacológico que necesitan dentro de su país, pero cuando se encuentran en situación de desplazadas carecen de la "documentación" necesaria o de las habilidades y recursos necesarios para acceder a estos servicios esenciales para evitar un mayor deterioro de su estado de salud".
Se pide a los países occidentales solidaridad en la acogida de personas refugiadas sin discriminación y la puesta en marcha de servicios de atención a la salud mental
Desde la organización, además de reclamar la paralización de todos los conflictos bélicos a nivel global, se pide a los países occidentales solidaridad en la acogida de personas refugiadas sin discriminación por país de origen, etnia, color de piel, sexo, edad, discapacidad, etc, y la puesta en marcha de servicios de atención a la salud mental que permitan atender con urgencia a las personas que huyen de las guerras y a las que resisten en zonas de conflicto.
Otro factor decisivo para garantizar una gestión humana de estas crisis es la participación activa de las organizaciones socialesde la salud mental, tanto a escala europea como española, en el diseño, despliegue y seguimiento de las políticas y estrategias públicas de acogida a personas refugiadas o en otras situaciones de protección internacional, para que estas estructuras, sistemas y procesos sean inclusivos y accesibles y tengan presente la dimensión de la salud mental desde un enfoque de derechos humanos.
Por último, se hace necesario dotar de apoyo material y económico a las ONG que realizan actividades humanitarias y sociales en campos de refugiados, fronteras, costas y en los países de destino para que puedan desempeñar su labor social, promoviendo la integración de la atención a la salud mental, con perspectiva de género y enfocada en las necesidades de cada persona.