Los riñones de donantes fallecidos con infección por el virus de la hepatitis C (VHC) se pueden trasplantar de manera segura a receptores no infectados cuando se inicia un régimen de terapias antivirales de acción directa tan pronto como dos días después del trasplante, según un estudio del Hospital General de Massachusetts (MGH).
En un ensayo clínico multicéntrico, publicado en el Journal of the American Society of Nephrology, los investigadores del MGH encontraron que cada uno de los 30 receptores renales se curó del VHC sin efectos secundarios graves atribuibles a la terapia antiviral, y que casi todos mantuvieron una excelente función del aloinjerto a los seis meses.
"Tratamos con éxito el virus de la hepatitis C en riñones trasplantados de donantes VHC positivos mediante el uso de los agentes antivirales glecaprevir y pibrentasvir como parte de un curso de dosificación diaria de ocho semanas", ha señalado Meghan Sise, investigadora de la División de Nefrología de MGH y coautor del estudio.
Cada uno de los 30 receptores renales se curó del VHC sin efectos secundarios graves
"Estos hallazgos podrían llevar un mensaje contundente a los muchos centros de trasplantes que aún desconfían o se resisten al uso de riñones de donantes infectados por el VHC. Hemos demostrado que estos llamados trasplantes de donantes positivos a receptores negativos se pueden realizar de manera segura y eficaz mediante una intervención antiviral temprana", ha añadido.
Casi 95.000 personas en los EEUU y unas 4.000 en España están esperando un trasplante de riñón y la mayoría sufre un deterioro progresivo de su salud. Para algunos grupos, incluidos los pacientes mayores de 60 años, la muerte es una certeza mayor que un trasplante. Dado este importante problema de salud pública, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU estableció el objetivo de duplicar la cantidad de riñones disponibles para trasplantes para 2030 como parte de la Iniciativa para el avance de la salud renal estadounidense.
"Un camino prometedor hacia ese objetivo" es, para los investigadores, reducir el descarte de riñones humanos viables que ocurre ahora, particularmente de personas fallecidas con infección por el virus de la hepatitis C. El número de esos órganos se ha disparado en los últimos cinco años como resultado del aumento de las muertes por la epidemia nacional de opioides.
El ensayo prospectivo MGH es la primera investigación multicéntrica que muestra la viabilidad del trasplante de donante positivo a donante negativo. Conocido como MYTHIC (Estudio multicéntrico para el trasplante de riñones infectados con hepatitis C), el estudio se concibió y se llevó a cabo en colaboración con la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania.
Casi 95.000 personas en los EEUU y unas 4.000 en España están esperando un trasplante de riñón y la mayoría sufre un deterioro progresivo de su salud
Cada uno de los 30 receptores de riñón del ensayo en siete centros de trasplantes de EEUU recibió un curso de ocho semanas de una coformulación de glecaprevir y pibrentasvir, poderosos agentes antivirales que se dirigen a dos proteínas distintas dentro del virus que son esenciales para su supervivencia.
Si bien un paciente murió por complicaciones de sepsis que no se consideraron relacionadas con la participación en el ensayo, no se observaron efectos secundarios graves o enfermedad hepática en ningún paciente, y la función del aloinjerto a los seis meses fue excelente.
"Muchos de los pacientes mostraron una pequeña cantidad de virus en la sangre inmediatamente después del trasplante, pero esa carga viral se volvió indetectable o no cuantificable en todos los receptores de riñones virémicos por el VHC a las cuatro semanas de tratamiento", señala Raymond Chung, MD, investigador en el Centro de Hígado y División Gastrointestinal del MGH y coautor principal del estudio.
Para algunos grupos, incluidos los pacientes mayores de 60 años, la muerte es una certeza mayor que un trasplante
El éxito del ensayo se extiende al desarrollo por parte del equipo de investigación de un protocolo clínico basado en evidencia para el trasplante de riñones infectados con hepatitis C que podría ser utilizado por los centros de trasplante en cualquier lugar. "Intentamos reemplazar los muchos protocolos locales basados en diferentes regímenes de tratamiento por uno que sea sólido, uniforme y reproducible. Creemos que hemos tenido éxito al crear un enfoque muy simple que funciona en los pacientes", explica Chung.
Los investigadores ahora tienen la esperanza de que los centros de trasplantes se den cuenta de estos resultados alentadores y de la oportunidad que brindan de aumentar el acceso a órganos de alta calidad por parte de pacientes con necesidad crítica de un trasplante de riñón.
"Al demostrar que estos procedimientos son efectivos, esperamos que las compañías de seguros también vean el enorme beneficio de hacer que los trasplantes de riñones infectados con hepatitis C estén cubiertos de manera uniforme y sean reembolsables. El objetivo final de todos debería ser aumentar la calidad y cantidad de vida de los pacientes que esperan un trasplante de riñón", concluye Sise.