Vivir en ciudades se ha destacado como un factor de riesgo ambiental para la esquizofrenia y, en menor medida, para otras enfermedades mentales. Sin embargo, pocos estudios han explorado los efectos genéticos en la elección de residencia.
Una nueva investigación, publicada en la revista 'JAMA Psychiatry', cuestiona las propuestas de que vivir en la ciudad es un simple factor de riesgo ambiental para la esquizofrenia o que las personas con enfermedades mentales diagnosticadas se trasladan a las ciudades buscando un mejor acceso a los servicios sanitarios. En cambio, la investigación sugiere que la responsabilidad genética a una variedad de condiciones de salud mental puede afectar a la elección de residencia de un individuo.
La primera autora, Jessye Maxwell, candidata al doctorado en el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN) del King's College de Londres, explica que su investigación "demuestra que, en cierto nivel, los genes de un individuo seleccionan su entorno y que la relación entre las influencias ambientales y genéticas en la salud mental está interrelacionada. Este solapamiento debe tenerse en cuenta a la hora de desarrollar modelos para predecir el riesgo de que las personas desarrollen enfermedades mentales en el futuro", añade.
"Es importante destacar que la mayoría de las personas de nuestro análisis no tenían una condición de salud mental diagnosticada, por lo que estamos mostrando que en toda la población adulta del Reino Unido este riesgo genético para las condiciones de salud mental juega un papel en el entorno en el que la gente vive", prosigue.
Vivir en ciudades se ha destacado como un factor de riesgo ambiental para la esquizofrenia y, en menor medida, para otras enfermedades mentales
A partir de los datos genéticos de 385.793 participantes del Biobanco del Reino Unido de entre 37 y 73 años, los investigadores calcularon la puntuación de riesgo poligénico (PRS) de cada individuo para las diferentes afecciones de salud mental. La PRS evalúa la responsabilidad genética en todo el genoma de cada individuo en lugar de analizar la responsabilidad a nivel de genes individuales.
La relación con el lugar en el que viven las personas actualmente y al que se han trasladado se analizó utilizando el historial de direcciones y la distribución geográfica de la densidad de población en el Reino Unido, basándose en los datos del censo de 1931 a 2011.
El estudio reveló un mayor riesgo genético de esquizofrenia, trastorno bipolar, anorexia y trastorno del espectro autista, y un menor riesgo genético de TDAH en quienes se trasladaron de zonas rurales a urbanas, en comparación con quienes permanecieron en zonas rurales.
El autor principal, el doctor Evangelos Vassos, investigador del IoPPN, del King's College de Londres y psiquiatra consultor, apunta qe el estudio "proporciona más pruebas de que la responsabilidad genética a una variedad de trastornos mentales puede contribuir a la elección del entorno de una persona. Los resultados no niegan el importante papel que desempeña el entorno en el desarrollo de los trastornos mentales, pero sí sugieren que necesitamos enfoques más integrados a la hora de explorar las causas de los trastornos psiquiátricos", subraya.
"Los resultados sobre el TDAH son especialmente interesantes, ya que, a diferencia de otras enfermedades mentales, las personas con bajo riesgo genético de desarrollar TDAH parecen tener tendencia a trasladarse a las ciudades --prosigue--. Esta observación pone de manifiesto la importancia de examinar el extremo inferior de la distribución de la responsabilidad genética y no centrarse únicamente en las personas de alto riesgo. Es necesario seguir investigando para comprender las posibles razones de esta distinción".