Los relajantes musculares son en gran medida ineficaces para el dolor lumbar, a pesar de que se prescriben ampliamente para esta dolencia, según sugiere un análisis de las últimas pruebas publicado en 'The BMJ'.
Los resultados muestran que los relajantes musculares pueden reducir el dolor a corto plazo, pero el efecto es demasiado pequeño para ser considerado clínicamente significativo, y existe un mayor riesgo de efectos secundarios. Sin embargo, los investigadores subrayan que la certeza de las pruebas es escasa y afirman que se necesitan urgentemente ensayos de gran envergadura para resolver las incertidumbres en torno al uso de estos fármacos para el dolor de espalda.
El dolor lumbar es un problema de salud pública mundial y los relajantes musculares (una amplia clase de fármacos que incluyen antiespasmódicos y antiespasmódicos no benzodiacepínicos) son un tratamiento comúnmente prescrito. Por ejemplo, en 2020, las prescripciones en Inglaterra superaron los 1,3 millones, y en Estados Unidos más de 30 millones. Sin embargo, en todo el mundo, las guías de práctica clínica ofrecen recomendaciones contradictorias sobre su uso.
Las pruebas de muy baja certeza mostraron que los fármacos antiespasmódicos no benzodiacepínicos podrían reducir la intensidad del dolor a las dos semanas o menos
Para abordar esta cuestión, investigadores de Australia estudiaron la eficacia, la aceptabilidad y la seguridad de los relajantes musculares en comparación con el placebo, la atención habitual o la ausencia de tratamiento en adultos con dolor lumbar inespecífico. Para ello revisaron y realizaron un análisis detallado de las pruebas de 31 ensayos controlados aleatorios con más de 6.500 participantes, publicados hasta febrero de 2021. Los ensayos eran de calidad variable, pero los investigadores pudieron evaluar la certeza de las pruebas mediante el reconocido sistema GRADE.
Establecieron que una diferencia de al menos 10 puntos en una escala de 0 a 100 puntos para el dolor y la discapacidad era el menor efecto clínicamente importante, un umbral utilizado en otros estudios sobre el dolor lumbar.
Las pruebas de muy baja certeza mostraron que los fármacos antiespasmódicos no benzodiacepínicos podrían reducir la intensidad del dolor a las dos semanas o menos en los pacientes con lumbalgia aguda en comparación con los controles. Pero este efecto es pequeño -menos de 8 puntos en una escala de 0 a 100 puntos- y no cumple con los umbrales comunes para ser clínicamente significativo.
Hubo poco o ningún efecto de los antiespasmódicos no benzodiazepínicos sobre la intensidad del dolor a las 3-13 semanas o sobre la discapacidad en todos los puntos temporales de seguimiento.
"Se necesitan urgentemente ensayos amplios, de alta calidad y controlados con placebo para resolver las incertidumbres sobre la eficacia y la seguridad de los relajantes musculares para el dolor lumbar"
Las pruebas de certeza baja y muy baja también mostraron que los antiespasmódicos no benzodiacepínicos podrían aumentar el riesgo de eventos adversos (comúnmente, mareos, somnolencia, cefalea y náuseas) y podrían tener poco o ningún efecto sobre la interrupción del tratamiento en comparación con los controles. Ningún ensayo evaluó el efecto de los relajantes musculares en los resultados a largo plazo.
Aunque este análisis se basó en las mejores pruebas disponibles de los ensayos, los investigadores reconocen algunas limitaciones y afirman que el modesto efecto global podría significar que algunos, pero no todos, individuos obtuvieran un beneficio valioso. Sin embargo, subrayan que la baja o muy baja certeza de las pruebas no permite hacer ninguna recomendación firme.
"Animamos a los médicos a discutir esta incertidumbre en la eficacia y seguridad de los relajantes musculares con los pacientes, compartiendo información sobre la posibilidad de un beneficio valioso en la reducción del dolor, pero un mayor riesgo de experimentar un evento adverso no grave, para permitirles tomar decisiones de tratamiento informadas", escriben.
"Se necesitan urgentemente ensayos amplios, de alta calidad y controlados con placebo para resolver las incertidumbres sobre la eficacia y la seguridad de los relajantes musculares para el dolor lumbar", concluyen.