La enfermedad renal crónica se produce cuando los riñones de una persona pierden progresivamente su capacidad de filtrar los residuos de la sangre y eliminar los líquidos. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que las personas con una función renal reducida pueden tener un mayor riesgo de desarrollar demencia, según publican en la edición en línea de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
La enfermedad renal crónica es más común a medida que las personas envejecen. Sin embargo, dado que muchas personas no experimentan síntomas hasta etapas posteriores, se estima que el 90% de las personas con enfermedad renal crónica no saben que la padecen.
"Incluso una leve reducción de la función renal se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares e infecciones, y cada vez hay más pruebas de la relación entre los riñones y el cerebro", afirma el autor del estudio, el doctor Hong Xu, del Instituto Karolinska, en Suecia.
"Al igual que ocurre con la enfermedad renal crónica, el riesgo de demencia aumenta con la edad --prosigue--. Al no existir tratamientos eficaces para retrasar o prevenir la demencia, es importante identificar los posibles factores de riesgo modificables. Si pudiéramos prevenir o retrasar algunos casos de demencia mediante la prevención o el tratamiento de la enfermedad renal, eso podría tener importantes beneficios para la salud pública. Nuestro estudio muestra que la reducción de la función renal está relacionada con el desarrollo de la demencia, pero no demuestra que sea una causa".
La enfermedad renal crónica es más común a medida que las personas envejecen
Para el estudio, los investigadores utilizaron una base de datos para identificar a casi 330.000 personas de 65 años o más que recibían atención sanitaria en la ciudad de Estocolmo y a las que se siguió durante una media de cinco años. Ninguno de los participantes padecía demencia ni se había sometido a un trasplante de riñón o a diálisis al inicio del estudio. En el transcurso del estudio se diagnosticó demencia a 18.983 personas, el 6% de los participantes.
La creatinina es un producto de desecho de los músculos que los riñones eliminan de la sangre y liberan en la orina. A partir de los análisis de sangre de la creatinina plasmática, los investigadores calcularon la tasa de filtración glomerular de cada participante, una medida de lo bien que la sangre es filtrada por los riñones y que se utiliza habitualmente para aproximar la función renal. Una tasa de filtración estimada de 90 mililitros (mL) por minuto o superior se considera normal en la mayoría de las personas sanas.
Utilizando esta medida, los investigadores determinaron las tasas de demencia en personas con diferentes niveles de función renal. Utilizaron los años-persona para calcular la diferencia. Los años-persona tienen en cuenta tanto el número de personas en el estudio como la cantidad de tiempo que cada persona pasa en el estudio.
Los investigadores descubrieron que, a medida que disminuía la función renal, aumentaba la tasa de demencia. En las personas con una tasa de filtración renal normal de 90 a 104 mL por minuto, hubo siete casos de demencia por cada 1.000 personas-año. En las personas con una enfermedad renal grave, o una tasa de filtración inferior a 30 mL por minuto, se produjeron 30 casos de demencia por cada 1.000 personas-año.
La creatinina es un producto de desecho de los músculos que los riñones eliminan de la sangre y liberan en la orina
Tras ajustar otros factores que podrían afectar al riesgo de demencia, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la hipertensión y la diabetes, los investigadores determinaron que las personas con tasas de filtración de entre 30 y 59 mL por minuto, lo que indica una enfermedad renal crónica moderada, tenían un 71% más de riesgo de desarrollar demencia en comparación con las personas con una función renal normal, y las personas con tasas de filtración inferiores a 30 mL por minuto tenían un 162% más de riesgo.
Los investigadores también examinaron los datos de 205.622 participantes que se sometieron a múltiples análisis de sangre durante un año. Utilizaron esos análisis para estimar la velocidad de deterioro de la función renal. Descubrieron que un descenso más pronunciado de las tasas de filtración de una persona durante este periodo de tiempo también se asociaba a un mayor riesgo de diagnóstico de demencia más adelante.
Según los investigadores, el 10% de los casos de demencia podían atribuirse a una tasa de filtración de 60 mL por minuto o menos, lo que supone una proporción mayor de casos de demencia que los atribuidos a otros factores de riesgo de demencia como las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
"Nuestro estudio identifica la enfermedad renal crónica como un posible factor de riesgo de demencia, sin embargo, aunque muestra una asociación, no demuestra que sea una causa --destaca Xu--. Se necesita más investigación para determinar las razones exactas de la asociación.
El investigador añade que, aun así, estos hallazgos "aumentan la concienciación sobre la relación entre estas dos afecciones y pueden ayudar a los profesionales de la salud a desarrollar y aplicar estrategias para detectar la enfermedad renal y controlar la función renal en personas con riesgo de demencia. Identificar y tratar los casos antes puede reducir el riesgo de demencia".