La realidad virtual toma cada vez más peso en la asistencia sanitaria. Capaz de formar a los pacientes sobre los cuidados que tiene que tomar por ejemplo ante un trasplante hepático, eliminar fobias en pacientes con autismo o de reactivar la función neuronal tras un ictus, la realidad aumentada supone una herramienta más para agilizar recuperaciones.
En este punto, un estudio del Centro de Investigación de Envejecimiento Inteligente de la Universidad de Tohoku (Japón) publicado en el 'International Journal of Environmental Research and Public Health' ha sugerido que un entrenamiento virtual reduce el estrés psicosocial y la ansiedad.
Los sujetos investigados han sido jóvenes sanos que, mientras estaban sentados, experimentaron un entrenamiento virtual que se muestra desde la perspectiva de primera persona, creando la ilusión de propiedad sobre los movimientos.
"Este tipo de entrenamiento virtual representa una nueva frontera"
Antes y después del entrenamiento virtual, los investigadores indujeron y evaluaron la respuesta al estrés psicosocial midiendo la alfa-amilasa salival, un biomarcador crucial que indica los niveles de estrés neuroendocrino. Asimismo, distribuyeron un cuestionario subjetivo de ansiedad.
"El estrés psicosocial representa el estrés que se experimenta en situaciones sociales frecuentes, como el juicio social, el rechazo y cuando se evalúa nuestro desempeño", señala la autora principal del estudio, Dalila Burin.. Si bien una cantidad moderada de exposición al estrés puede ser beneficiosa, la exposición repetida y aumentada puede ser perjudicial para la salud, algo que se ha visto experimentado especialmente en los últimos dos años de pandemia.
"Este tipo de entrenamiento virtual representa una nueva frontera, especialmente en países como Japón, donde existen altas demandas de rendimiento y una población que envejece", concluye Burin.