Un nuevo y prometedor estudio del Centro Oncológico de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) sugiere que la recaída de ciertos tipos de cáncer puede reducirse significativamente irradiando sólo un conjunto selecto de ganglios linfáticos cercanos a un tumor en lugar de todos ellos.
"Tradicionalmente, los médicos han irradiado todos los ganglios linfáticos que rodean a un tumor en un proceso denominado 'irradiación ganglionar electiva'. Pero el problema de este planteamiento de 'tierra quemada' en la era de la inmunoterapia es que al hacerlo también se elimina la fuente de células inmunitarias sobre las que actúa la inmunoterapia. Los ganglios linfáticos son el centro de preparación y expansión de las principales células inmunitarias que pueden ir a luchar contra el cáncer", ha explicado la doctora Sana Karam, autora principal del estudio, que se ha publicado en la revista científica 'Nature Communications'.
El equipo probó esta teoría de forma preclínica en varios modelos tumorales diferentes de cabeza y cuello, junto con un modelo de cáncer de mama y melanoma
Karam y su equipo descubrieron que la irradiación de todos los ganglios linfáticos alrededor de un tumor disminuía significativamente la memoria inmunitaria y la propagación de antígenos, lo que creaba un riesgo mucho mayor de que el cáncer se extendiera en partes del cuerpo alejadas del lugar original del tumor. "Fue un hallazgo inesperado", dice Karam. El equipo probó esta teoría de forma preclínica en varios modelos tumorales diferentes de cabeza y cuello, junto con un modelo de cáncer de mama y melanoma.
El resultado fue el mismo independientemente del tipo de cáncer que se tratara. Cuando la radiación mataba las células inmunitarias que podían reconocer el aspecto del cáncer, el sistema inmunitario del paciente perdía la capacidad de combatirlo sistémicamente. Por otro lado, los investigadores descubrieron que la irradiación de ciertos ganglios linfáticos conocidos como ganglios linfáticos centinela era absolutamente crítica. Si no se irradiaban, se producían recidivas en los alrededores.
"Este estudio confirma por qué la irradiación electiva de los ganglios ha sido durante mucho tiempo el estándar clínico de atención, ya que disminuye la recurrencia regional. Pero también muestra que para combinar eficazmente la radiación con la inmunoterapia, debemos reevaluar nuestras estrategias y restringir la irradiación ganglionar a los ganglios linfáticos centinela. Esto elimina la recidiva regional en el cuello y la diseminación lejana, a la vez que preserva la respuesta inmunitaria sistémica a largo plazo", ha resaltado Laurel B. Darragh, primera autora del artículo.
"Tenemos la esperanza de que estos datos preparen el terreno para el diseño de futuros ensayos clínicos, no sólo para reducir los efectos secundarios de los pacientes, sino también para mejorar los resultados a largo plazo"
Los resultados fueron corroborados por los datos de un reciente ensayo clínico en pacientes humanos en el que la radiación prequirúrgica se limitó al tumor macroscópico y a los ganglios linfáticos centinela, evitando todos los demás ganglios linfáticos para mantener la memoria inmunitaria.
Los investigadores descubrieron que el sistema inmunitario de estos pacientes estaba muy activado, lo que se ha demostrado que está relacionado con un mejor pronóstico. "Tenemos la esperanza de que estos datos preparen el terreno para el diseño de futuros ensayos clínicos, no sólo para reducir los efectos secundarios de los pacientes, sino también para mejorar los resultados a largo plazo", ha remachado Karam.