El estado menopáusico o los niveles de estrógeno en la sangre no determinan la tasa en que las mujeres de mediana edad pueden usar la grasa en reposo o durante el ejercicio. Así lo demuestra un estudio realizado en la Facultad de Ciencias del Deporte y la Salud de la Universidad de Jyväskylä (Finlandia).
Los hallazgos se han publicado en la revista 'Nutrition Metabolism and Cardiovascular Diseases' y los científicos han encontrado que la influencia de la menopausia en la utilización de grasas es probablemente menor en comparación con el estado nutricional o los niveles de condición física.
El estudio ha medido la tasa de utilización de grasas en reposo después del ayuno nocturno. Las mujeres cuya ingesta de energía ha sido menor en comparación con su gasto de energía usaron grasas a un ritmo mayor. La mayor utilización de grasas también se ha caracterizado por niveles más alto de ácidos grasos y cetonas en sangre.
"Investigaciones anteriores han demostrado que la capacidad de quemar grasa durante el ejercicio mejora con el entrenamiento incluso después de la menopausia"
La utilización de grasas de las mujeres posmenopáusica no difirió de las mujeres que aún no habían alcanzado la menopausia o que usaban terapia de reemplazo hormonal (TRH). "Era un resultado esperado. Las mujeres también queman grasa después de la menopausia si su ingesta de energía es menor que su gasto", ha comentado el investigador doctoral, Jari Karppinen.
La tasa máxima de utilización de grasa se midió durante una prueba de bicicleta. Las tasas más altas fueron alcanzadas por mujeres con los niveles más altos de condición física y actividad física. Nuevamente, las mujeres posmenopáusicas no se diferenciaron de las mujeres que no habían llegado a la menopausia o que usaban TRH.
"Si desea mejorar la capacidad de quemar grasa durante el ejercicio, concéntrese en mejorar su estado físico con entrenamiento de resistencia. En este caso, no necesita preocuparse tanto por la menopausia. Investigaciones anteriores han demostrado que la capacidad de quemar grasa durante el ejercicio mejora con el entrenamiento incluso después de la menopausia", ha añadido Karppinen.
El estudio también ha analizado si una mayor utilización de grasas indicaba una mejor tolerancia a la glucosa. En las mujeres que usaron grasas a un ritmo más alto mientras descansaban, los niveles de glucosa e insulina en la sangre aumentaron más durante una prueba de tolerancia a la glucosa posterior. Una mayor utilización máxima de grasas durante el ejercicio no indicó una mejor tolerancia a la glucosa.
"Este hallazgo puede explicarse por la fisiología básica. Cuando usa más grasa en reposo como fuente de energía, comer carbohidratos puede elevar más sus niveles de glucosa en la sangre. El cuerpo se sintoniza momentáneamente para usar más grasa", ha asegurado Karppinen.