El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha propuesto, durante su intervención en la XXIV Conferencia de Presidentes, la adopción de una estrategia conjunta entre el Estado y las comunidades autónomas para hacer frente a la Covid-19 persistente, así como el impulso de planes estatales para abordar los efectos de la pandemia en la salud mental infantil y juvenil y en las personas que viven solas.
El jefe del Consell ha recalcado durante su intervención en la cumbre autonómica en la defensa de propuestas sanitarias y sociales para hacer frente a los efectos de la pandemia en la población, para profundizar en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y en la Estrategia 2030 frente al Reto Demográfico y para atender mecanismos de compensación a las comunidades que más turistas reciben, explica Presidencia.
Allí ha reivindicado la necesidad "inaplazable" de una nueva financiación autonómica, una fiscalidad justa, una distribución de los recursos hídricos para garantizar "agua para siempre" para todos los territorios, así como una descentralización de las instituciones del Estado coherente con "la España policéntrica y polifónica".
Ha solicitado una estrategia compartida entre el Gobierno de España y las autonomías para la salud mental de las personas más jóvenes y vulnerables
En esta línea, Ximo Puig ha abogado por una estrategia compartida entre el Gobierno de España y las comunidades para hacer frente a los efectos a largo plazo de la Covid-19 persistente, de forma que se cuantifique el impacto de este problema de salud pública y se adopten medidas de seguimiento e intervención asistencial.
También se ha pronunciado sobre la necesidad de desplegar un plan estatal sobre la salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes ante la evidencia de que la pandemia está incrementando el riesgo de autolesiones y conductas suicidas, así como de secuelas a largo plazo en este sector de población.
Para ello, ha solicitado una estrategia compartida entre el Gobierno de España y las autonomías para la salud mental de las personas más jóvenes y vulnerables con el objetivo de mejorar el bienestar emocional de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Puig considera también importante compartir entre el Estado y las autonomías una Estrategia de Acompañamiento a la Soledad, una actuación vinculada también con el reto del envejecimiento y estrechamente relacionada con los efectos de la pandemia.