Hay personas con una predisposición genética a la inmunidad frente a nuevas variantes de Covid-19, según han comprobado un equipo de investigadores del HSE University (Rusia) en un estudio publicado recientemente en la revista PeerJ.
La variante Delta del SARS-CoV-2 que provocó la tercera ola de contagios producida a mediados de 2021 fue más contagiosa que las variantes anteriores, y se descubrió que las mutaciones de proteínas en esta variante reducían significativamente el efecto de la inmunidad adquirida por una infección o vacunación previa.
La inmunidad adquirida a las infecciones la proporcionan en gran medida los linfocitos T, células del sistema inmunitario que detectan antígenos extraños después de la infección y desencadenan una respuesta inmunitaria. Este es el papel de los receptores de células T (o TCR), receptores especiales en la superficie de las células T.
Los TCR son responsables del reconocimiento de patógenos y pueden 'recordar' antígenos específicos encontrados previamente y montar una respuesta inmune más rápida la próxima vez, protegiendo así al cuerpo contra la reinfección con el mismo virus. Las moléculas de antígeno leucocitario humano clase I (HLA-I) ayudan a los TCR a reconocer patógenos.
La inmunidad adquirida a las infecciones la proporcionan en gran medida los linfocitos T, células del sistema inmunitario que detectan antígenos extraños después de la infección y desencadenan una respuesta inmunitaria
Además, las moléculas HLA-I se unen a las moléculas del patógeno y las presentan en la superficie de la célula infectada, donde pueden ser reconocidas por los receptores de células T. El conjunto de genes HLA-I de una persona es único, por lo que las infecciones virales afectan a las personas con diversos grados de gravedad. De hecho, se ha observado que el genotipo HLA-I individual determina la predisposición a formas graves de Covid-19.
Sin embargo, hasta ahora, los genotipos de los pacientes solo se estudiaban en las distintas oleadas de la pandemia de coronavirus y, desde entonces, tanto el virus como la susceptibilidad de las personas al mismo han cambiado significativamente.
En este sentido, los investigadores compararon los genotipos HLA-I de pacientes con Covid-19 en la primera y tercera ola de la pandemia, para lo cual analizaron los genomas de pacientes, incluidos 147 pacientes de la primera ola (entre mayo y agosto de 2020) y 219 pacientes de la tercera ola (entre junio y julio de 2021).
Realizaron la tipificación de HLA mediante secuenciación de próxima generación (NGS), la cual identifica las formas variantes de genes (alelos) en un individuo en particular. Posteriormente, los científicos compararon la frecuencia de aparición de alelos entre los grupos de pacientes, encontrando la mitad de pacientes con el alelo HLA-A 01:01 en la tercera ola que en la primera ola.
A juicio de los expertos, el hecho de que ocurra con mucha menos frecuencia entre los pacientes de la tercera ola puede indicar que los portadores de este alelo han desarrollado una sólida inmunidad de células T contra el Covid-19.