Las personas con trastornos mentales graves tienen un mayor riesgo de morir por COVID-19, según han puesto de manifiesto investigadores de la Universidad de Ume y el Instituto Karolinska en Suecia, en un estudio publicado en la revista 'Frontiers in Psychiatry'.
De hecho, entre los ancianos, la proporción de muertes debidas a Covid-19 fue casi cuatro veces mayor para las personas con trastornos mentales graves, en comparación con las personas que no padecen enfermedades mentales en la misma edad.
"Vemos un alto exceso de mortalidad debido a COVID-19 entre los ancianos con trastornos mentales graves, lo que nos da motivos para considerar si este grupo debe tener prioridad para las vacunas", han detallado los expertos, quienes estudiaron datos que cubren a toda la población sueca mayor de 20 años durante el período del 11 de marzo al 15 de junio de 2020.
En el grupo de edad de 60 a 79 años, la muerte por COVID-19 fue casi cuatro veces más común entre las personas con trastornos mentales graves
Entre los ciudadanos con trastorno mental grave, 130 personas murieron por COVID-19 durante este período, que correspondió al 0,1 por ciento del grupo. Entre las personas a las que no se les había diagnosticado un trastorno mental grave, la tasa de mortalidad se redujo casi a la mitad, un 0,06 por ciento.
Sobre todo, después de los 60 años, las personas con trastornos mentales graves tenían un exceso de mortalidad más alto en comparación con la población general de la misma edad. En el grupo de edad de 60 a 79 años, la muerte por COVID-19 fue casi cuatro veces más común entre las personas con trastornos mentales graves.
"Puede ser que los trastornos mentales graves puedan conducir a un envejecimiento biológico prematuro, que la enfermedad afecte la salud y el sistema inmunológico en general o que este grupo tenga otros factores de riesgo como la obesidad. Siempre es importante abordar tanto la salud física como la mental problemas de las personas con estos trastornos", han zanjado.