Un estudio que utiliza un tipo especial deresonancia magnética ha descubierto "anormalidades cerebrales significativas" en pacientes hasta seis meses después de haberse recuperado de la COVID-19. La investigación, se centra en los efectos a largo plazo de la COVID-19.
Los síntomas neurológicos asociados a largo plazo incluyen dificultad para pensar o concentrarse, dolor de cabeza, problemas de sueño, mareos, sensación de pinchazos, cambios en el olfato o el gusto y depresión o ansiedad. Sin embargo, varios estudios han descubierto que también pueden estar asociados los cambios en el corazón, pulmones u otros órganos.
Para este estudio, los investigadores utilizaron imágenes ponderadas por susceptibilidad para analizar los efectos que la COVID-19 tiene en el cerebro. La susceptibilidad magnética indica en qué medida ciertos materiales se magnetizan en un campo magnético aplicado. "Nuestro estudio pone de relieve este nuevo aspecto de los efectos neurológicos de la COVID-19 e informa de anormalidades en los supervivientes de la COVID-19", ha comentado la coautora del trabajo Sapna S. Mishra.
Este estudio apunta a las graves complicaciones a largo plazo que puede causar el coronavirus meses después de la recuperación
Los investigadores analizaron los datos de imágenes ponderadas por susceptibilidad de 46 pacientes recuperados de COVID-19 y 30 controles sanos. Las imágenes se realizaron a los seis meses de la recuperación. Entre los pacientes con COVID-19 persistente, los síntomas más comúnmente reportados fueron fatiga, problemas para dormir, falta de atención y problemas de memoria.
"Los cambios en los valores de susceptibilidad de las regiones cerebrales pueden ser indicativos de cambios en la composición local. Las susceptibilidades pueden reflejar la presencia de cantidades anormales de compuestos paramagnéticos, mientras que una menor susceptibilidad podría estar causada por anomalías como la calcificación o la falta de moléculas paramagnéticas que contienen hierro", ha resaltado Mishra.
Los resultados de la resonancia magnética mostraron que los pacientes que se recuperaron de la COVID-19 tenían valores de susceptibilidad más altos en el lóbulo frontal y el tronco cerebral en comparación con los controles sanos. Los investigadores también encontraron una diferencia en la región del diencéfalo ventral derecho del tronco cerebral. Esta región está asociada a muchas funciones corporales cruciales, como la coordinación con el sistema endocrino.
"Este estudio apunta a las graves complicaciones a largo plazo que puede causar el coronavirus, incluso meses después de la recuperación de la infección. Los presentes hallazgos corresponden a una ventana temporal pequeña. Sin embargo, los puntos temporales longitudinales a lo largo de un par de años dilucidarán si existe algún cambio permanente", ha esgrimido Mishra.