Naciones Unidas ha expresado su "gran preocupación" por el brote de cólera decretado en la provincia siria de Alepo (norte) después de que se confirmaran 15 casos, incluido un fallecido, mientras que a nivel nacional se han detectado más de 25 pacientes.
El coordinador humanitario de la ONU para Siria, Imran Riza, ha detallado que entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre se han confirmado 936 casos de diarrea acuosa grave en el país asiático, incluidos ocho fallecidos.
La oficina de Riza ha resaltado que un 72,7 por ciento de los casos se han detectado en Alepo, mientras que un 21,5 por ciento corresponden a Deir Ezzor (noreste). Asimismo, ha habido casos en Raqqa, Hasaka, Hama y Latakia.
La oficina de Riza ha resaltado que un 72,7 por ciento de los casos se han detectado en Alepo, mientras que un 21,5 por ciento corresponden a Deir Ezzor (noreste)
Así, hasta ahora se han confirmado 26 casos de cólera --20 en Alepo, cuatro en Latakia y dos en la capital, Damasco, ambos llegados desde Alepo--, lo que ha sido achacado a la ingesta de agua no potable del río Éufrates y del uso de agua contaminada para regar los campos.
En este sentido, Riza ha hecho hincapié en que el brote es una muestra de la escasez de agua en el país ante un descenso de las aguas del Éufrates, las condiciones similares a la sequía en algunas zonas y la destrucción de infraestructura a causa del conflicto que estalló en 2011.
Por ello, población ya vulnerable depende de fuentes de agua inseguras, mientras que la escasez de agua está provocando que muchas familias recurran a mecanismos negativos para hacer frente a la situación como el cambio de las prácticas de higiene o el endeudamiento para poder comprar agua potable.
El coordinador humanitario de la ONU ha confirmado la puesta en marcha de una respuesta sanitaria, encabezada por el Ministerio de Sanidad sirio y con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), para hacer frente a la crisis.
Se ha reforzado la vigilancia temprana en las zonas en las que se ha declarado el brote y en otras áreas de alto riesgo, incluidos los campos de desplazados internos, al tiempo que se han incrementado las actividades para desinfectar agua con el uso de cloro
En este contexto, se ha reforzado la vigilancia temprana en las zonas en las que se ha declarado el brote y en otras áreas de alto riesgo, incluidos los campos de desplazados internos, al tiempo que se han incrementado las actividades para desinfectar agua con el uso de cloro.
Riza ha reseñado además que se han enviando camiones con agua potable a las zonas afectadas, mientras que líderes religiosos, comunitarios y voluntarios se han movilizado en campañas de concienciación.
Por último, ha alertado de que el brote supone "una grave amenaza" para la población siria y de la región y ha pedido a los países donantes financiación urgente para contener el brote y evitar su propagación, así como un acceso "sostenido y sin restricciones" a las comunidades afectadas.