Con motivo del Día Mundial de la lucha contra el Sida, el próximo 1 de diciembre, la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha sacado a la luz un informe que remarca la influencia de las desigualdades en el mundo como un importante elemento que "están obstaculizando el fin del sida". Prueba de ello son los datos que indican que alrededor de 38,4 millones de personas vivían con el VIH en todo el mundo y 1,5 millones lo contrajeron en 2021, según datos de la organización.
De esta manera, el informe insta a “abordar las desigualdades” como forma de encaminar la respuesta al sida. En primer lugar, las desigualdades de género son un factor perjudicial para el retroceso de la enfermedad, por lo que la ONU aboga por una hoja de ruta feminista: " En las zonas con una alta carga de VIH, las mujeres sometidas a la violencia de pareja se enfrentan a una probabilidad hasta un 50 por ciento mayor de adquirir el VIH. En 33 países, entre 2015 y 2021, solo el 41 por ciento de las mujeres casadas de entre 15 y 24 años podían tomar sus propias decisiones sobre salud sexual”, ha comentado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.
"Los efectos de las desigualdades de género en el riesgo de VIH de las mujeres son especialmente pronunciados en el África subsahariana, donde las mujeres representaron el 63 por ciento de las nuevas infecciones"
Los efectos de las desigualdades de género en el riesgo de VIH de las mujeres son especialmente pronunciados en el África subsahariana, donde las mujeres representaron el 63 por ciento de las nuevas infecciones por VIH en 2021. Las adolescentes y las mujeres jóvenes (de 15 a 24 años) tienen tres veces más probabilidades de contraer el VIH que su mismo estrato maculin.
Por otra parte, denuncian que las masculinidades nocivas disuaden a los hombres de buscar atención médica. Mientras que el 80 por ciento de las mujeres que viven con el VIH accedían al tratamiento en 2021, sólo el 70 por ciento de los hombres lo hacían. "Aumentar la programación transformadora de género en muchas partes del mundo es clave para detener la pandemia. Avanzar en la igualdad de género beneficiará a todos", insiste el organismo de la ONU.
Igualmente, el informe muestra que la respuesta al sida se ve frenada por las desigualdades en el acceso al tratamiento de los niños con VIH, prueba de ello es que poco más de la mitad recibe el medicamento que serviría para salvar vidas. Así, en 2021, los niños representaban sólo el 4% de todas las personas que viven con el VIH, pero el 15% de todas las muertes relacionadas.
"Los profesionales del sexo que viven en países donde el trabajo sexual está penalizado tienen 7 veces más posibilidades de vivir con el VIH que en los países donde el trabajo sexual es legal o está parcialmente legalizado"
En todo el mundo, más de 68 países siguen penalizando las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Esto lleva a que los hombres homosexuales que viven en los países africanos con leyes represivas tienen más de 3 veces menos probabilidades de conocer su estado serológico respecto a sus homólogos de países con las leyes menos represivas.
Del mismo modo, según alerta la ONU, "los profesionales del sexo que viven en países donde el trabajo sexual está penalizado tienen 7 veces más posibilidades de vivir con el VIH que en los países donde el trabajo sexual es legal o está parcialmente legalizado".
PLAN DE ACCIÓN
"Sabemos lo que hay que hacer para acabar con las desigualdades. Garantizar que todas nuestras niñas estén en la escuela, seguras y fuertes. Abordar la violencia de género. Apoyar a las organizaciones de mujeres. Promover las masculinidades sanas para sustituir los comportamientos nocivos que agravan los riesgos para todos”, remarca Byanyima.
La directora ejecutiva de ONUSIDA, considera además que hay que “garantizar que los servicios para los niños que viven con el VIH lleguen a ellos y satisfagan sus necesidades, cerrando la brecha del tratamiento para que acabemos con el sida en los niños para siempre. Despenalizar a las personas que mantienen relaciones homosexuales, a los profesionales del sexo y a los consumidores de drogas, e invertir en servicios dirigidos por la comunidad que permitan su inclusión: esto ayudará a derribar las barreras que impiden el acceso a los servicios y la atención a millones de personas", concluye.