La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una cuarta actualización de sus directrices sobre el manejo clínico de la Covid-19 en los pacientes hospitalizados con insuficiencia respiratoria aguda pero que aún no están en la etapa en la que necesitan ser intubados.
En concreto, la OMS sugiere el uso de los siguientes tres dispositivos en lugar de la oxigenoterapia estándar: oxígeno nasal de alto flujo (HFNO); presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP); y ventilación no invasiva (NIV), también conocida como presión positiva en las vías respiratorias de dos niveles (BiPAP).
Los médicos pueden elegir entre estos dispositivos, ya que la evidencia disponible no fue lo suficientemente sólida como para recomendar un dispositivo sobre el otro
Los médicos pueden elegir entre estos dispositivos, ya que la evidencia disponible no fue lo suficientemente sólida como para recomendar un dispositivo sobre el otro.
Estos dispositivos no son invasivos, por lo que no es necesario colocar un tubo en las vías respiratorias del paciente. Brindan soporte respiratorio a través de su capacidad para proporcionar flujos de oxígeno más altos, presión positiva o una combinación de ambos.
La evidencia muestra que su uso puede reducir la necesidad de ventilación mecánica invasiva y el riesgo de muerte en comparación con la oxigenoterapia estándar. Su uso también puede reducir la duración de la estancia en el hospital y la UCI.
La evidencia muestra que su uso puede reducir la necesidad de ventilación mecánica invasiva y el riesgo de muerte en comparación con la oxigenoterapia estándar
Estos dispositivos no son nuevos, ya que se han utilizado para tratar la insuficiencia respiratoria aguda por Covid-19 y otras enfermedades, especialmente en entornos de altos recursos. Sin embargo, los datos sistemáticos sobre su efectividad en pacientes con Covid-19 están comenzando a llegar ahora, lo que ha desencadenado la actualización de la guía de la OMS.
La recomendación se basa en cinco ensayos controlados aleatorios específicos para Covid-19. El grupo de expertos que formuló la recomendación analizó la evidencia de los pacientes con Covid-19, así como de otros pacientes que han experimentado el síndrome de dificultad respiratoria aguda.