Investigadores de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá) han descubierto una vulnerabilidad clave en todas las variantes principales del virus del SARS-CoV-2, incluidas las subvariantes BA.1 y BA.2 de ómicron.
Este punto débil puede ser atacado por anticuerpos neutralizantes, lo que podría allanar el camino hacia tratamientos de eficacia universal en todas las variantes, según explican estos científicos en un artículo publicado en la revista científica 'Nature Communications'.
Los hallazgos utilizan la criomicroscopía electrónica (crio-EM) para revelar la estructura a nivel atómico del punto vulnerable de la proteína de la espiga del virus, conocido como epítopo. El artículo describe además un fragmento de anticuerpo denominado VH Ab6 que es capaz de adherirse a este punto y neutralizar cada una de las principales variantes.
"Se trata de un virus muy adaptable que ha evolucionado para eludir la mayoría de los tratamientos con anticuerpos existentes, así como gran parte de la inmunidad conferida por las vacunas y la infección natural. Este estudio revela un punto débil que no varía en gran medida entre las variantes y que puede ser neutralizado por un fragmento de anticuerpo. Sienta las bases para el diseño de tratamientos panvariantes que podrían ayudar a muchas personas vulnerables", explica el doctor Sriram Subramaniam, autor principal del estudio.
Los anticuerpos son producidos de forma natural por nuestro organismo para combatir las infecciones, pero también pueden fabricarse en un laboratorio y administrarse a los pacientes como tratamiento. Aunque se han desarrollado varios tratamientos con anticuerpos para la COVID-19, su eficacia ha disminuido frente a variantes muy mutadas como la ómicron.
Los anticuerpos son producidos de forma natural por nuestro organismo para combatir las infecciones, pero también pueden fabricarse en un laboratorio y administrarse a los pacientes como tratamiento
"Los anticuerpos se adhieren a un virus de una manera muy específica, como una llave que entra en una cerradura. Pero cuando el virus muta, la llave ya no encaja. Hemos estado buscando llaves maestras: anticuerpos que sigan neutralizando el virus incluso después de extensas mutaciones", detalla Subramaniam.
La 'llave maestra' identificada en este nuevo trabajo es el fragmento de anticuerpo VH Ab6, que ha demostrado ser eficaz contra las variantes Alfa, Beta, Gamma, Delta, Kappa, Épsilon y ómicron. El fragmento neutraliza el SARS-CoV-2 uniéndose al epítopo de la proteína de la espiga y bloqueando la entrada del virus en las células humanas.
Al cartografiar la estructura molecular de cada proteína de espiga, el equipo ha buscado zonas de vulnerabilidad que podrían servir de base para nuevos tratamientos
"El epítopo que describimos en este trabajo está alejado en su mayor parte de los puntos calientes de las mutaciones, por lo que sus capacidades se conservan en todas las variantes. Ahora que hemos descrito la estructura de este sitio en detalle, se abre todo un nuevo reino de posibilidades de tratamiento", apunta Subramaniam.
Según los investigadores, esta vulnerabilidad clave puede ahora ser explotada por los fabricantes de fármacos, y como el sitio está relativamente libre de mutaciones, los tratamientos resultantes podrían ser eficaces contra las variantes existentes e incluso futuras.
"Ahora tenemos una imagen muy clara de este punto vulnerable del virus. Conocemos todas las interacciones de la proteína de la espiga con el anticuerpo en este lugar. A partir de ahí podemos desarrollar, mediante el diseño inteligente, una serie de tratamientos con anticuerpos. Disponer de tratamientos ampliamente eficaces y resistentes a las variantes supondría un cambio de juego en la lucha actual contra la COVID-19", remacha Subramaniam.