Un estudio arroja más luz sobre el riesgo de desarrollar una condición de coagulación de la sangre muy rara conocida como trombosis con síndrome de trombocitopenia (STC) después de la vacunación contra el Covid-19, según publican en publicado The BMJ.
Basándose en datos sanitarios de cinco países europeos y de Estados Unidos, muestra un pequeño aumento del riesgo de STC tras una primera dosis de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, y una tendencia a un aumento del riesgo tras la vacuna de Janssen, en comparación con la de Pfizer-BioNTech.
Los investigadores subrayan que este síndrome es muy poco frecuente, pero dicen que estos riesgos observados "deberían tenerse en cuenta a la hora de planificar nuevas campañas de inmunización y el desarrollo de futuras vacunas".
El STC se produce cuando una persona tiene coágulos de sangre (trombosis), así como un bajo recuento de plaquetas (trombocitopenia). Es muy poco frecuente y se diferencia de las afecciones generales de coagulación, como la trombosis venosa profunda (TVP) o los coágulos pulmonares (embolia pulmonar).
El STC se está investigando actualmente como un efecto secundario poco frecuente de las vacunas basadas en el adenovirus Covid-19, que utilizan un virus debilitado para desencadenar una respuesta inmunitaria contra el coronavirus, pero no existen pruebas claras sobre la seguridad comparativa de los distintos tipos de vacunas.
Para abordar esta laguna de conocimiento, un equipo internacional de investigadores se propuso comparar el riesgo de STC o eventos tromboembólicos asociados al uso de vacunas de Covid-19 basadas en adenovirus con vacunas de Covid-19 basadas en ARNm.
Sus hallazgos se basan en datos sanitarios recopilados de forma rutinaria para más de 10 millones de adultos en Francia, Alemania, Países Bajos, España, Reino Unido y Estados Unidos que recibieron al menos una dosis de una vacuna contra el covid-19 (Oxford-AstraZeneca, Pfizer-BioNTech, Moderna o Janssen/Johnson & Johnson) desde diciembre de 2020 hasta mediados de 2021.
Para minimizar los posibles errores, los participantes fueron emparejados por edad y sexo y se tuvo en cuenta una serie de otros factores potencialmente influyentes, como las condiciones preexistentes y el uso de medicamentos.
A continuación, los investigadores compararon las tasas de trombosis y de trombosis con trombocitopenia entre las vacunas de adenovirus (Oxford-AstraZeneca o Janssen/Johnson & Johnson) y las vacunas de ARNm (Pfizer-BioNTech o Moderna) en los 28 días siguientes a la vacunación.
Los riesgos observados tras las vacunas basadas en adenovirus "deberían tenerse en cuenta a la hora de planificar nuevas campañas de inmunización y el desarrollo de futuras vacunas"
En total, 1,3 millones de receptores de la primera dosis de Oxford-AstraZeneca fueron emparejados con 2,1 millones de receptores de Pfizer-BioNTech de Alemania y el Reino Unido.
Además, 762.517 personas que recibieron Janssen/Johnson & Johnson fueron emparejadas con 2,8 millones que recibieron Pfizer-BioNTech en Alemania, España y Estados Unidos, y los 628.164 receptores de Janssen/Johnson & Johnson de Estados Unidos fueron emparejados con 2,2 millones de receptores de Moderna.
Se encontraron 862 casos de trombocitopenia en los receptores emparejados de Oxford-AstraZeneca de Alemania y el Reino Unido, y 520 casos después de una primera dosis de Pfizer-BioNTech.
Cuando se agruparon los datos, el análisis mostró un aumento del 30% en el riesgo de trombocitopenia tras una primera dosis de Oxford-AstraZeneca en comparación con Pfizer-BioNTech, una diferencia de riesgo absoluto de 8,21 por cada 100.000 receptores.
Se observó un aumento del riesgo, aunque no sea estadísticamente significativo, de trombosis venosa con trombocitopenia tras una primera dosis de la vacuna de Janssen/Johnson & Johnson en comparación con Pfizer-BioNTech. Sin embargo, los investigadores afirman que este hallazgo debe repetirse en otros estudios antes de poder extraer conclusiones firmes.
No se observó un riesgo diferencial de trombocitopenia tras una segunda dosis de Oxford-AstraZeneca en comparación con una segunda dosis de Pfizer-BioNTech. Del mismo modo, no se observó un mayor riesgo de trombocitopenia después de Janssen/Johnson & Johnson en comparación con una primera dosis de Pfizer-BioNTech.
Se trata de un estudio observacional, y los investigadores reconocen que la rareza de la afección y los registros incompletos de las vacunas pueden haber afectado a los resultados. Además, no pueden descartar la posibilidad de que parte del riesgo observado se deba a otros factores no medidos (de confusión).
Sin embargo, se trata de un estudio bien diseñado que permitió comparar las vacunas disponibles entre sí, en lugar de con la no vacunación, y los resultados fueron consistentes tras los análisis adicionales, lo que sugiere que resisten el escrutinio.
"Hasta donde sabemos, este es el primer análisis multinacional de la seguridad comparativa de las vacunas basadas en adenovirus frente a las basadas en ARNm de COVID-19 --los autores--. Aunque estos sucesos son muy raros, el número absoluto de pacientes afectados podría llegar a ser considerable debido al gran número de dosis de vacunas administradas en todo el mundo", advierten.
Por ello, sugieren que los riesgos observados tras las vacunas basadas en adenovirus "deberían tenerse en cuenta a la hora de planificar nuevas campañas de inmunización y el desarrollo de futuras vacunas".