Los resultados finales del Ensayo Clínico del Plasma de Convalecencia de COVID-19 en Pacientes Externos (C3PO, por sus siglas en inglés), puesto en marcha por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), demuestran que el plasma de convalecencia de COVID-19 no impidió la progresión de la enfermedad en un grupo de alto riesgo de pacientes externos con COVID-19, cuando se administró dentro de la primera semana de sus síntomas.
"Esperábamos que el uso del plasma de convalecencia de COVID-19 lograra al menos una reducción del 10% en la progresión de la enfermedad en este grupo, pero en lugar de ello la reducción que observamos fue inferior al 2%. Eso nos sorprendió. Como médicos, queríamos que esto supusiera una gran diferencia en la reducción de la enfermedad grave y no fue así", explica el doctor Clifton Callaway, investigador principal de contacto del ensayo C3PO y profesor de Medicina de Urgencias en la Universidad de Pittsburgh. De hecho, el ensayo se detuvo en febrero por falta de eficacia según un análisis intermedio previsto.
El plasma de convalecencia de COVID-19, también conocido como "plasma de superviviente", es plasma sanguíneo derivado de pacientes que se han recuperado de COVID-19. El año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) emitió una autorización de uso de emergencia para permitir el uso del plasma de convalecencia en pacientes hospitalizados con COVID-19.
El ensayo clínico aleatorizado y controlado incluyó a pacientes ambulatorios adultos que acudieron a los servicios de urgencias con síntomas leves de COVID-19
Estos investigadores querían saber si la administración de plasma de convalecencia de COVID-19 podría ser también beneficiosa en personas recientemente infectadas por el SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad, pero que no estaban gravemente enfermas y podían ser tratadas como pacientes externos. El objetivo era prevenir la progresión a la enfermedad grave del COVID-19.
El ensayo C3PO, iniciado en agosto de 2020, se diseñó para responder a esa pregunta. El ensayo clínico aleatorizado y controlado incluyó a pacientes ambulatorios adultos que acudieron a los servicios de urgencias con síntomas leves de COVID-19 durante la primera semana después de la infección.
El ensayo fue realizado por la red de ensayos clínicos SIREN y contó con más de 500 participantes de 48 servicios de urgencias de todo Estados Unidos. Los participantes eran racial y étnicamente diversos, con una edad media de 54 años, y algo más de la mitad eran mujeres. Los participantes también tenían al menos un factor de riesgo de progresión a COVID-19 grave, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes, las enfermedades cardíacas o las enfermedades pulmonares crónicas.
En su trabajo, publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine', los investigadores asignaron aleatoriamente a los participantes a recibir tratamiento con plasma convaleciente de COVID-19 de alta titulación (que contiene anticuerpos contra COVID-19) o placebo (solución salina infundida con multivitaminas y sin anticuerpos).
De los 511 participantes, la progresión de la enfermedad se produjo en 77 (30%) en el grupo de plasma COVID-19 en comparación con 81 pacientes (31,9%) en el grupo de placebo
Los investigadores compararon los resultados de ambos grupos en los 15 días siguientes al tratamiento, observando específicamente si los pacientes necesitaban buscar más atención de emergencia o de urgencia, eran ingresados en el hospital o morían. Los investigadores no encontraron diferencias significativas en la progresión de la enfermedad entre los dos grupos.
De los 511 participantes, la progresión de la enfermedad se produjo en 77 (30%) en el grupo de plasma COVID-19 en comparación con 81 pacientes (31,9%) en el grupo de placebo. Los investigadores hallaron que la intervención con plasma no causó daños.
"Los resultados muestran que el plasma de convalecencia no parece beneficiar a este grupo en particular. Pero los hallazgos responden a una importante pregunta clínica y pueden ayudar a que los investigadores estén un paso más cerca de encontrar tratamientos más eficaces contra esta devastadora enfermedad", resalta otro de los autores, Nahed El Kassar.