Un nuevo estudio de la Universidad de Southampton (Reino Unido) sugiere que los niños con sistemas inmunitarios debilitados no han mostrado un mayor riesgo de desarrollar una infección grave por COVID-19 a pesar de presentar habitualmente síntomas.
Durante un periodo de 16 semanas que abarcó la primera oleada de la pandemia, los investigadores llevaron a cabo un estudio de observación de casi 1.500 niños inmunocomprometidos, definidos como aquellos que requieren la vacunación anual contra la gripe debido a enfermedades subyacentes o a la medicación.
Los niños y sus padres o tutores rellenaron cuestionarios semanales para informar sobre cualquier síntoma que hubieran experimentado, los resultados de la prueba COVID-19 y el impacto de la pandemia en su vida diaria
Los niños y sus padres o tutores rellenaron cuestionarios semanales para informar sobre cualquier síntoma que hubieran experimentado, los resultados de la prueba COVID-19 y el impacto de la pandemia en su vida diaria.
Los resultados, publicados en la revista científica 'BMJ Open', mostraron que los síntomas de la infección por COVID-19 eran comunes en muchos de los niños: más de dos tercios de los participantes informaron de al menos un síntoma y un tercio experimentó tres o más síntomas simultáneamente. Ciento diez pacientes con síntomas se sometieron a pruebas de PCR, y ninguno de ellos dio positivo.
"Aunque no podemos estar seguros de la prevalencia de COVID-19 entre los niños que participaron, porque las pruebas solo se hicieron cuando los pacientes estaban ingresados y a estos niños se les dijo que se adhirieran a estrictas medidas de protección, podemos suponer que cualquier infección habría sido un caso leve, ya que ninguno de estos pacientes de alto riesgo requirió ingreso hospitalario", explica el líder del estudio, Hans de Graaf.
Más de la mitad de los pacientes o de los padres informaron de niveles elevados de ansiedad al inicio del estudio y, a pesar de la ausencia de síntomas graves, estas puntuaciones se mantuvieron constantemente altas durante todo el periodo de estudio.
Los investigadores creen que estos resultados demuestran que el cribado generalizado de los síntomas para la detección precoz de la COVID-19 no va a ser útil en estos casos, ya que los niños pueden tener síntomas frecuentes del tracto respiratorio superior que probablemente no estén relacionados con la COVID-19.
"Durante la primera oleada de la pandemia, es posible que muchos se protegieran, por lo que nuestros resultados sugieren que, o bien las medidas de protección fueron eficaces, o bien los niños inmunodeprimidos se ven menos afectados por COVID-19 que los adultos, al igual que los niños sanos"
"Este estudio fue el primero en observar el impacto de la pandemia en niños con sistemas inmunitarios comprometidos. Durante la primera oleada de la pandemia, es posible que muchos se protegieran, por lo que nuestros resultados sugieren que, o bien las medidas de protección fueron eficaces, o bien los niños inmunodeprimidos se ven menos afectados por COVID-19 que los adultos, al igual que los niños sanos", apunta De Graaf.
El informe también concluye que el elevado y continuo nivel de ansiedad entre los participantes pone de manifiesto la necesidad de definir y comunicar claramente el riesgo de COVID-19 en los niños y los jóvenes, sobre todo a medida que disminuyen las restricciones de cierre.