Los niños y los adultos jóvenes con sistemas inmunitarios comprometidos, como los que reciben tratamiento contra el cáncer, pueden experimentar un periodo prolongado de infección por el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, según un estudio de caso realizado por investigadores del Hospital Infantil de Los Ángeles (Estados Unidos).
La mayoría de las personas son infecciosas durante unos 10 días después de mostrar los primeros síntomas de COVID-19. En este estudio, publicado en la revista 'EBioMedicine', los investigadores describen a dos niños y a un adulto joven con leucemia linfoblástica aguda que dieron positivo durante meses. Se trata del primer informe sobre una infección prolongada en una población pediátrica o de adultos jóvenes.
"Es significativo que estos pacientes siguieran teniendo síntomas activos e infecciones activas durante tanto tiempo. El gran número de pacientes pediátricos y adultos que reciben terapia contra el cáncer y que se someten a pruebas activas de detección del virus nos lleva a concluir que se trata de un hecho poco frecuente pero que podría tener implicaciones para la salud pública", explica la autora principal, la doctora Jennifer Dien Bard, directora del Laboratorio de Microbiología Clínica y Virología del Hospital Infantil de Los Ángeles.
El SARS-CoV-2 muta aproximadamente una o dos veces al mes
El SARS-CoV-2 muta aproximadamente una o dos veces al mes, según la investigadora. Un largo periodo de infección hace temer el desarrollo de mutaciones virales. Cuando un virus se replica, copia su código genético, pero a veces el virus comete un error conocido como mutación.
La mayoría de las mutaciones no afectan al comportamiento del virus ni a la enfermedad que provoca, pero algunas pueden hacer que el virus actúe de forma diferente. Por ejemplo, se cree que la variante B.1.1.7 del SARS-CoV-2, que tiene 17 mutaciones, es más infecciosa que otras variantes del virus.
La doctora Dien Bard señala que hay algunos indicios que sugieren que la variante B.1.1.7 puede haberse originado en una persona inmunodeprimida e infectada constantemente por el SARS-CoV-2. Sin embargo, incluso en pacientes inmunocomprometidos, las infecciones de meses de duración son raras.
"Hemos tenido muchos otros pacientes inmunocomprometidos que no han experimentado estas infecciones prolongadas, pero es algo que hay que tener en cuenta, y los hospitales podrían considerar la posibilidad de cambiar las políticas de control de la infección para atender a esta población especial en particular", remacha Bard.