Cuando en el cuerpo entra un patógeno extraño, el sistema inmune lucha contra él para destruirlo. Para ello utiliza una serie de proteínas y anticuerpos capaces de bloquear esos agentes para que no infecten a las células. El problema es que hay veces en el que algunas de estas proteínas se mantienen, produciendo lo que es conocida como una inflamación crónica, una patología autoinmune que daña los propios órganos y células del cuerpo, para la que no hay cura por el momento ni forma de prevenirlo.
El problema es que en muchas casos no se conoce la causa de esta inflamación y del fallo en el sistema inmune. Hecho que se intenta resolver en una reciente investigación publicada en la revista 'EMBO Molecular Medicine' que ha estudiado a una de las proteínas y ha demostrado que usando un nanocuerpo se puede frenar su actividad inflamatoria.
Los científicos han señalado que el cuerpo tiene un sistema de alarma, denominado inflamasoma. El componente central es la denominada proteína ASC. En caso de peligro, como el ataque de un patógeno, muchas de estas moléculas se unen para formar un gran complejo, la mota ASC.
El compuesto puede disolver manchas de ASC utilizando cultivos de células humanas y ratones
Esta unión, detallan, asegura dos funciones. En primer lugar, su actividad hace que la célula acumule grandes cantidades de sustancias mensajeras, que pueden usarse para solicitar la ayuda del sistema inmunitario. Y en segundo lugar, se forman numerosos poros en la membrana celular a través de los cuales estas moléculas de alarma pueden llegar al exterior y cumplir su cometido. Estos agujeros finalmente conducen a la desaparición de la célula.
"En algún momento, la célula básicamente explota y vacía todo su contenido en el tejido. Las sustancias mensajeras que ahora se liberan abruptamente actúan como un último gran grito de ayuda. Esto desencadena que el sistema inmunitario genere una fuerte respuesta inflamatoria que contiene la infección", ha explicado el investigador Bernardo Franklin.
Sin embargo, en este proceso, las motas de ASC también se acumulan en el tejido y pueden persistir allí durante mucho tiempo. "Ahora hemos podido demostrar en ratones que su actividad activa el sistema inmunológico incluso después de que se haya evitado la amenaza. Esto puede provocar una inflamación crónica, que daña gravemente el tejido", ha asegurado el científico.
Los investigadores han podido obtener la información genética de los nanocuerpos ASC a partir de muestras de sangre del animal utilizando una técnica compleja. "Luego incorporamos esta composición genética en bacterias para que pudiéramos hacer que produjeran el nanocuerpo en grandes cantidades", explica otro de los autores del estudio.
El equipo ha demostrado que el compuesto puede disolver manchas de ASC utilizando cultivos de células humanas y ratones. "Los ratones de nuestros experimentos tienen síntomas reumatoides y similares a los de la gota. Después de la administración del nanocuerpo, la inflamación y también la salud general de los roedores mejoraron significativamente", han afirmado.