Un nuevo estudio demuestra que las mujeres están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos sobre accidentes cerebrovasculares en relación con el número de personas que los padecen en la población general, según publican sus autores en el número online de Neurology, la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
"Asegurarse de que hay suficientes mujeres en los estudios clínicos para reflejar con precisión la proporción de mujeres que sufren accidentes cerebrovasculares puede tener implicaciones para las futuras recomendaciones de tratamiento para las mujeres afectadas por esta grave enfermedad, advierte la autora del estudio, la doctora Cheryl Carcel, del Instituto George para la Salud Global en Sídney, Australia. Cuando un sexo está subrepresentado en los ensayos clínicos, se limita la forma en que se pueden aplicar los resultados al público en general y posiblemente puede limitar el acceso a nuevas terapias".
El estudio analizó 281 ensayos sobre accidentes cerebrovasculares con al menos 100 participantes realizados entre 1990 y 2020. El número total de participantes fue de 588.887, de los cuales el 37,4 % eran mujeres. La prevalencia media del ictus en las mujeres de los países incluidos fue del 48%.
Un estudio demuestra que las mujeres están infrarrepresentadas en los ensayos clínicos sobre el ictus
Los resultados se calcularon en relación con la participación y la prevalencia, una medida relativa que pondera el porcentaje de mujeres en un ensayo en comparación con su proporción en la población total con esa enfermedad. Es una forma sencilla de saber si un proyecto de investigación ha reclutado suficientes mujeres para poder sacar conclusiones precisas sobre los resultados.
Una proporción de uno significa que el porcentaje de mujeres en el estudio es el mismo que el porcentaje de mujeres con la enfermedad en la población general. Un rango aceptable para una proporción ideal de participación femenina es entre 0,8 y 1,2.
Los investigadores descubrieron que, en general, las mujeres estaban representadas en una proporción menor en relación con su prevalencia en la población subyacente, con un ratio de 0,84, y esto no cambió con el tiempo.
La infrarrepresentación de un sexo en un ensayo clínico puede limitar el acceso a nuevas terapias
Encontraron las mayores diferencias en los ensayos de hemorragia intracerebral, con una proporción de 0,73; los ensayos en los que el participante medio era menor de 70 años, con una proporción de 0,81; las intervenciones no agudas, con una proporción de 0,80; y los ensayos de rehabilitación, con una proporción de 0,77.
"Nuestros hallazgos tienen implicaciones para el tratamiento de las mujeres con ictus en el futuro, ya que las mujeres suelen tener peores resultados funcionales después del ictus y requieren más cuidados de apoyo", señala Carcel.
Según apunta, "sólo conseguiremos una representación más equitativa de las mujeres en los ensayos clínicos cuando los investigadores examinen las barreras que impiden a las mujeres inscribirse en los estudios y recluten activamente a más mujeres. Las personas que financian la investigación también deben exigir pruebas más fiables y equilibradas en cuanto al sexo", sugiere.